En la Sagrada Familia, el Niño Dios no
recibió solamente el amor maternal que
venía del Corazón de su Madre, María Santísima, sino que también recibió todo
el cuidado y el amor paternal, que venía del Corazón de San José, su Padre
Adoptivo. La Sagrada Familia tuvo por orden Divina a la persona de San José
para formarla. Una familia es fruto de un querer divino y solo puede ser
formada y construida en el amor de un matrimonio, formado por un hombre y una
mujer como dice las Escrituras: hombre y mujer Dios los crió (Gn 1,27).