28 de marzo de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil
Mensaje de Jesús
¡La paz a tu corazón!
Hijos mío, si yo encontrase en el mundo Ministros Consagrados
a Mí con una fe del tamaño de ese virus,
yo cesaría inmediatamente el sufrimiento de la humanidad y la salvaría de la
muerte. Mas yo no encuentro ministros así. Ellos creen en muchas otras cosas equivocadas
y llegarán a enseñar a muchos fieles que estas cosas eran voluntad de Dios, que
todo estaba de acuerdo con mi Santo Espíritu, mas en realidad estaban hiriendo
mi Sagrado Corazón con vuestras ofensas y falta de fe. Ellos dejaron mi divinidad
de lado, le faltaron el respeto, comparándola con sus dioses extraños, como si
yo fuera una sola cosa con esas falsas divinidades venidas del espíritu
infernal.
Yo soy tres veces Santo, yo soy el único Señor del cielo
y de la tierra. La muerte reina en el mundo, porque muchos ya estaban muertos
espiritualmente hace muchos años sin desear buscar mi perdón y arrepentirse de
sus pecados. Si el alma está muerta y destruida en el pecado, el cuerpo también
sufre y muere. Muchos están así, delante de Mí, hace mucho tiempo, sin querer
corregir sus vidas, reparando sus pecados.
¿Quién escuchó sus palabras maternales para dejar la vida
de adulterio, de impurezas e infidelidades?
¿Quién escuchó sus palabras maternales para dejar la vida
de adulterio, de impurezas e infidelidades?
¿Quién se corrigió y pidió perdón por los pecados de abortos,
por las profanaciones y sacrilegios cometidos contra mi Preciosísimo Cuerpo y
Sangre, en la Eucaristía?
¿Quién procuró sinceramente corregirse de sus pecados,
con un arrepentimiento sincero y contrición perfecta, en el Sacramento de la
confesión?
¡Cuántas falsas conversiones yo veía cada día,
continuamente, sin el propósito de enmienda y de cambio de vida a mi amor!
Trataron mi amor y misericordia como basura, como algo descartable, solamente
para sus propios intereses y caprichos.
Oh hijo mío, como yo sufrí yo sufro ahora, porque los
hombres todavía no aprendieron la justa corrección. Como te dije una vez, te vuelvo
a repetir: la justicia de Dios es Santa y es por ella que yo reparo todos los
pecados y todas las cosas, purificando el mundo de todos ellos. Y con mi
justicia que yo corrijo los corazones rebeldes y desobedientes.
Yo envié a mi Santa Madre al Amazonas por muchos años. Ella,
con gran amor, con su Inmaculado Corazón lleno de mis gracias, venía a la
tierra para transmitir los mensajes comunicados por mi voluntad divina, mas
muchos no quisieron acogerla ni oírla, de hecho despreciaron sus gracias y su tan
grande amor a sus almas; muchos hicieron oídos sordos a su voz. Ella hablaba,
con gran amor y paciencia, volvía a hablar, a orientar toda la humanidad, mas
muchos se negaron a oírla.
Mi Corazón sufre al decirte estas palabras, hijo mío, mas
mi Madre es mi Madre y yo exijo respeto para Ella, que vino miles de veces, por
el bien y la salvación de la humanidad.
Ahora, en este momento de dolor y de aflicción, ¿cuántos
claman a Mí, cuántos mi piden para que este mal cese enseguida, cuántos con
lágrimas en los ojos y de rodillas en el suelo lloran, se lamentan, se postran
por tierra? Me gustaría recordaros a todos que mi Madre os llamó a Mí, que mi
Madre lloró, y lágrimas de sangre, todos los días, delante de mi Santo Trono,
mi Madre se postró delante de mi Majestad Divina para suplicar el perdón y la
misericordia para los pecadores ingratos y muchos no quisieron oírla ni
abandonar su mal camino.
Señor, si fuera así, ¿quién podrá salvarse? Ten misericordia
de nosotros, pobres pecadores, da a todos, una vez más la oportunidad del perdón
y de la conversión sincera. ¡Aleja por un momento la justa sentencia y los
hombres cambiarán y se convertirán!... ¿Qué necesitamos hacer para vencer este
terrible mal?
La fe, la fe en Mí y en mi poder que todo lo cura y salva.
La muerte no encontró victoria sobre Mí. Quién a Mí se una, a mi amor y a mi Corazón
no morirá, mas tendrá la vida en abundancia. Quién cree, sin dudar jamás, se
salvará. Si os dijese que la fe mueve montañas, ¿Cuánto más un pequeño virus en
medio de vosotros? Quién cree en mi amor no será abandonado a la muerte, mas
tendrá la vida, mi luz y mi paz. Vivid en mi presencia, vivid en mi gracia y
Satanás no podrá heriros jamás, porque mi amor es más poderoso que la muerte.
Enseña a las almas a no perder la fe ni la esperanza. Lleva mi luz a todas
ellas.
Acuérdate, hijo mío: todo pasará, mas mi amor y mis
palabras jamás pasarán. Heme aquí que estoy con vosotros, todos los días, hasta
el fin del mundo.
Yo te doy una bendición y la unción divina para llevar la
fe y la esperanza a mi pueblo afligido y herido que sufre. Aquel que crea en
mis palabras y promesas no morirá, mas vivirá en Mí y para Mí. Yo estaré con
todos los que siguen mis pasos y viven unidos a mi amor.
Yo os bendigo: en nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.