La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

miércoles, 2 de octubre de 2019

Mensaje de Jesús


27 de septiembre de 2019 – Manaus, Amazonas, Brasil.
Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo

¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, este es el tiempo que la humanidad ve a dos personas vestidas de blanco, dentro de mi Iglesia. Una es Pedro y la otra es Saulo.
Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?... Yo soy Jesús a quién tú persigues (Hch 9, 4-5)
Hijo mío, dobla tus rodillas en el suelo, porque verás cosas terribles suceder dentro de mi Iglesia. Mas, en el tiempo por mí establecido, mis Ángeles, a mis órdenes irán a arrancar la cizaña que nació en medio del trigo. Ellos arrancarán una por una y la lanzarán al fuego para ser quemado. Reza y pide a todos que recen, para que no pierdan la fe y no desesperen.
Oraciones, sacrificios y penitencias yo pido de todos. ¿Quién desea escucharme? Yo estoy llamando a la humanidad hace mucho tiempo, mas ella no me escucha. Ella no desea escuchar a mi Madre Santísima, la ultraja y dice que Ella no se manifiesta en estos tiempos, en sus días.
¡Humanidad ingrata! Caerás tan hondo y no tendrás a nadie para consolarte, porque hiciste poco caso a las súplicas y lágrimas de mi Madre Inmaculada.
Vuelve, en cuanto todavía puedes, pues llegará el día en que no podrás hacer más nada y sólo verás dolor y lamentos caer sobre tu cabeza.
Yo estoy aquí con mi Corazón en la mano, llamándote, por eso, escucha la voz de tu Dios que ansia tu conversión y arrepentimiento.
Vuelve, vuelve, porque tus días penden ya de un hilo, antes de que la faz de la tierra sea purificada y renovada. Yo estoy aquí para bendecirte y para consolarte. Acepta mi amor, acepta mi llamado y encontrarás vida y paz.
¡Yo te bendigo!