2 de junio 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil
Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz
¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, muchos seréis perseguidos, mas no temáis.
Entregaos directamente a la protección del Señor, porque Él se complace en
salvar a aquellos que creen, por medio de la locura de la predicación.
A muchos os llamarán locos y débiles, mas acordaos, hijos
míos, que la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la flaqueza
de Dios es más fuerte que la fuerza de los hombres.
Dios siempre escoge las cosas locas del mundo para
avergonzar a los sacerdotes y escoge las cosas débiles del mundo para avergonzar
a los fuertes.
Los más insignificantes de este mundo, los más
despreciados y los que no son nada, reducirán a nada a los que son, para que nadie
se vanagloria delante de Él.
Éste es el tiempo de que vosotros uséis las armas más
preciosas, en esta gran batalla espiritual, entre el bien y el mal: la
Eucaristía, la palabra de Dios, el Rosario y el ayuno hecho con amor, como un
acto de reparación y de penitencia por vuestros pecados y por los pecados del
mundo.
Satanás actúa ferozmente porque quiere reducir a la Santa
Iglesia a nada, porque vosotros lo permitisteis, no escuchando y no poniendo en
práctica mis llamados.
¿Cuándo os decidiréis a escuchar y a creer en mis
palabras de Madre muy preocupada con vuestra felicidad y con vuestra eterna salvación?
Mi Inmaculado Corazón está herido y sangrando, a causa de
vuestra incredulidad, de vuestra desobediencia y dureza de corazón.
Escuchad la voz de mi Hijo Jesús, mis pequeñitos hijitos,
obedeced a su llamado santo y haced todo lo que Él os está diciendo, por medio
de mí, su Madre Inmaculada. Es Él quien os llama, por medio de mí.
Convertíos, pues esta es la hora, antes de que los días
se vuelvan más perturbados, con pruebas mucho mayores y más dolorosas, volviéndose
más difícil la conversión para muchos.
La Madre Santísima, habló conmigo algunas otras cosas personales
y después me dijo:
Muchos no comprenden la importancia de la presencia de mi
esposo José y del poder de su intersección, en estos tiempos actuales, para la
Santa Iglesia y para el mundo, mas cuando los secretos comiencen con los
grandes acontecimientos que ocurrirán uno detrás de otro, los ojos de muchos se
abrirán y comprenderán el porqué el Señor ha pedido que todos amaran y honraran
a San José, colocándose debajo del Manto Sagrado de su protección paterna. He
aquí que los tiempos están maduros. ¡Convertíos, convertíos, convertíos!
¡Yo te bendigo!