3 de junio 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil
Mensaje del
Glorioso San José
¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, mira para mi Hijo Jesús, en mis brazos, y
encontrarás el verdadero amor y tendrás fuerzas para caminar con más fe y
confianza, en este mundo, proclamando sus verdades eternas y su amor divino a
las almas. Él es aquel que vendrá sobre las nubes de los cielos y todos los
ojos lo verán, hasta mismo los que los traspasaron y todas las naciones de la
tierra se lamentarán a causa de Él. Él es el Alfa y el Omega, aquel que es, que
era y que ha de venir, el Primero y el Último, aquel que vive. Él estaba
muerto, mas, como ves, está vivo por los siglos de los siglos y Él tiene las
llaves de la Muerte y del Abismo.
Cuando tú no tienes más fuerzas y no puedes hacer nada,
él puede y lo hará.
Cuando intenten impedirte hablar de sus palabras y de su amor,
que son eternos, acuérdate de lo que Él dijo: el cielo y la tierra pasarán, más
mis palabras no pasarán. Por eso, hijo mío, ocúpate con diligencia de las obras
del Señor, cuida santamente de su viña, pues, el siervo prudente es aquel a
quién el Señor, al volver, encuentre así ocupado. A este siervo Él ha de
confiarle todos sus bienes.
Toda persecución y desprecio contra las obras de Dios no
son nada más que la envidia espiritual, plantada y crecida, en los corazones de
los hombres. La envidia animada en los corazones de los hombres causa grandes
daños en las almas. Cuantas almas arruinadas a causa de la envidia. Muchos
entristeces al Espíritu Santo de Dios, con el cual todos fueron sellados para
el día de la redención. Liberaos, por tanto, de toda amargura, indignación e
ira, griterío y calumnia, así como toda maldad. De la envidia nace la mentira.
Acuérdate de que Pedro, dijo a Ananías: Ananías, porque llenó Satanás tu
corazón, para que mintieras al Espíritu Santo…, no fue a los hombres que tú
mentiste, mas a Dios. Quién miente al Espíritu Santo niega su divinidad, pues
Él es Dios. El pecado contra el Espíritu Santo lleva a la muerte del alma, pues
del Espíritu Divino no puede habitar en un alma envidiosa y mentirosa, que los
expulsa de su interior, a causa de su malicia.
Entra en mi Castísimo Corazón y aprenderás la verdadera
Sabiduría que viene de Dios y, así, serás agradable a su Divino Corazón y
recibirás de Él, más todavía, en tu vida, nuevas bendiciones y nuevas gracias,
que iluminarán y guiarán tus pasos.
Ama, ama, ama, hijo mío, pues solamente los que viven de
amor heredarán el reino de los cielos.
¡Yo te bendigo!