Ave José, hijo de
David, hombre justo y virginal, la Sabiduría está contigo, bendito tú eres
entre todos los hombres y bendito es Jesús, el fruto de María, tu fiel esposa.
San José, digno Padre, Protector de Jesucristo y de la Santa Iglesia, ruega por nosotros pecadores y obtennos de Dios la Divina Sabiduría, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
San José, digno Padre, Protector de Jesucristo y de la Santa Iglesia, ruega por nosotros pecadores y obtennos de Dios la Divina Sabiduría, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
"Difunde esta oración a todas las personas. Por medio de esta oración el Señor desea hacer mi nombre
más conocido y amado, y desea conceder, por medio de ella, muchas gracias a
todos aquellos que me honren recitándola. Aquellos que recen esta oración serán
beneficiados con muchas gracias del Cielo. Por medio de ella seré cada vez más
invocado por el mundo entero y podré, por medio de mi Corazón que será amado y
honrado, conceder tantas gracias a los pecadores que necesitan de auxilio
divino.
Es importante que
esta oración sea conocida
por todos…" (San José, 29 de marzo 2002).