¡Corazón Castísimo de San José, sé el guardián de nuestra
familia!
A vuestro Corazón Castísimo nos consagramos en este día, oh
glorioso San José. Consagramos nuestras familias y todo lo que tenemos. Así
como tú protegiste a Jesús y María, protegen también, oh mi Amado Protector, mi
alma y mi vida contra los peligros que me cercan y atentan contra mí.
Oh Glorioso San José, enséñame a amar profundamente los Corazones
Santísimos de Jesús y de María, para que llegue a amar profundamente como ellos
vuestro Castísimo Corazón, honrándolo y haciéndolo conocido, como mereces y
como debes ser honrado y amado por toda la eternidad. Amén.