La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

sábado, 30 de junio de 2018

28 de Junio de 2018


  Amazonas

Mensaje de María

La Santísima Madre vino una vez más del cielo para transmitirnos sus palabras maternales. Su presencia Inmaculada en medio de nosotros es la gran señal de que Dios no se olvidó de nosotros. El amor de la Virgen Inmaculada es el reflejo del gran amor del Sagrado Corazón de Jesús por nosotros. Dios nos ama y por medio de Nuestra Señora desea concedernos las bendiciones y las gracias que nos curan y mudan nuestro corazón.

¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, os amo tanto y me hace muy feliz vuestra presencia por el amor que me tributáis. Con vuestras oraciones formad una barrera espiritual que impida el avance del mal, de los errores y de las herejías del mundo. Uníos en oración cada vez más, porque los tiempos son graves y serios, y están en juego la salvación eterna y la felicidad de muchas almas.
Dios os convoca, por medio de Mí, a ser sus apóstoles en estos tiempos, a combatir todo el mal con el rosario, con el ayuno y con los Santos Sacramentos.
No os amedrentéis y no os detengáis en vuestro camino espiritual. Luchad por el reino de los cielos. Haced todo lo posible para estar en gracia de Dios en este mundo y Dios hará lo imposible para teneros a su lado, un día, en el cielo.
No os canséis de rezar, la oración es preciosa en estos días, pues es por medio de ella que Dios os concede muchas gracias, luz y bendiciones para que comprendáis  como debéis vivir y actuar, en estos tiempos tortuosos, en que su Santísimo Nombre y su Divino Corazón son ofendidos.
Yo os agradezco, por haber venido, por haber escuchado mi invitación a la oración y el clamor de mi Inmaculado Corazón.
Rezad, rezad, rezad y sed de Dios cada día, porque por sus hijos, por los que le son obedientes y humildes delante de su Divino Corazón, Él hará grandes cosas.
Volved a vuestras casas con la paz de Dios. A todos os bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!