20 de febrero de 2019 – Amazonas, Brasil
¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, escribe estas palabras y divúlgalas, cuanto
antes, a todos tus hermanos: Yo voy a purificar a mi Iglesia, haciéndola pasar
por la justicia humana, porque muchos de mis Ministros, actuando por razones e
ideas más meramente humanas que divinas, impiden que lo extraordinario mío
llegue a muchas almas, destruyendo todo aquello que podría ayudarlas,
santificarlas y conducirlas por mis caminos santos, que las llevaría para la
gloria de mi reino.
Reza, reza y suplica para que yo tenga piedad de estos
hijos míos rebeldes e ingratos, que en vez de dar el buen ejemplo y ser la luz
para las ovejas que les fueron confiadas, las corrompen a todas ellas con
muchos errores, hiriendo mi Corazón divino con sus dudas, ingratitudes y falta de fe. Reza y repara,
porque mi justicia descenderá fuertemente del cielo, como un relámpago, castigando
cada corazón rebelde, que se dejó dominar por el orgullo y por la soberbia,
creyendo que sus errores jamás serían perdonado.
¡Yo te bendigo!