24 de noviembre de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil.
Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo
Hoy, por la noche, Jesús habló nuevamente a mi corazón diciendo:
Voy a quitar los dones a los que no hablan por Mí, a los que no defienden
mi honra ni tienen celo por el bien y por la salvación de las almas, pues no
sirven para nada, se callan y esconden los dones que les confié, quedando mudos
ante el mal que avanza en mi Iglesia y en el mundo y se los daré a aquellos que
hacen mi voluntad y éstos, tendrán mucho más que todos los otros. Este día
llegará en breve, porque mis ovejas están muertas de hambre, sedientas y sin
vida y Yo voy a actuar para sanarlas y restaurarlas con el auxilio de los que
verdaderamente me aman y me obedecen haciendo mi querer en la tierra. Así como
está escrito y fue dicho por Mí:
“Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la moneda de oro y dádsela al
que tiene diez monedas. Ellos le dijeron: Señor, ya tiene diez monedas. Yo os
digo que al que tiene se le dará, y al que no tiene aun lo que tiene se le
quitará. En cuanto a mis enemigos, esos que no me quisieron por rey, traedlos
aquí y degolladlos en mi presencia”. (Lc 19, 24-27) “El que no está conmigo
está contra mí, y el que no recoge conmigo desparrama” (Mt 12,30).
Voy a abatir a los poderosos de sus tronos de gloria y voy a hacer que los
humildes sean exaltados ante ellos, voy a revelar cosas grandiosas, dando a los
pequeños mis gracias, bendiciones y dones y muchos serán una luz fuerte para
brillar en este mundo de tinieblas para cegar a Satanás y los demonios del
infierno, así como a sus secuaces satánicos que quedarán confundidos y
aturdidos por mi Luz actuando en la vida de todos aquellos que me sirven y me
obedecen con un corazón simple y fiel.
Toda podredumbre, crimen y suciedad escondida por los corruptos y malvados
quedarán en la claridad para vergüenza de muchos y Yo, el Señor, actuaré con el
poder de mi justicia Santa y Divina, purificando todas las cosas y destruyendo
todo mal, en favor de los que me aman y hacen mi voluntad. Mi voluntad reinará
fuertemente entre mis elegidos y, por medio de ellos, unidos a mi Corazón y a
mi querer, obtendréis gracias y luces para las almas sin fe y sin vida.
Habrá la savia de la vida para muchas almas, la gracia de ser restauradas
en sus vidas así como en todas las cosas, haciendo la obra de la creación volver
a su origen perfecto y santo, así como mi Reino en la tierra será como es en el
Cielo y la nueva Jerusalén, la Ciudad Santa, vendrá a habitar en medio de los
hombres.
Sin mi Voluntad los hombres no podéis hacer nada de bueno, porque sólo Dios
es perfecto, solamente yo puedo santificar y perfeccionar todas las cosas en cada
acto, en cada respiro, en cada querer humano. La voluntad del hombre es
imperfecta y limitada, con muchos fallos y errores. Mi voluntad santifica y da
vida, la voluntad humana de cada persona sólo trae imperfección, dolor y sufrimiento,
y hasta incluso la muerte eterna. Uníos a mi Corazón, a mi querer divino, bebed
de la fuente de agua viva, acogiendo mis llamados divinos en vuestras vidas,
escuchando los batidos de mi Corazón que arde de amor por cada uno de vosotros.
Permitid que Dios os hable al corazón y que sea acogido y escuchado con
mucho amor y ternura, por el corazón filial de cada uno de vosotros. Yo os amo
y con mucho amor os bendigo: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
En medio del camino, cuando volvía a casa, Jesús me dijo: ¡No olvides escribir
todo lo que te dije!
Yo respondí a Jesús:
¡Si, Jesús, en cuanto llegue a casa escribiré todo lo que me dijiste y lo diré
a todos!