La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

domingo, 10 de mayo de 2020

Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz del 9 de mayo

 


9 de mayo de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil

Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz


¡La paz a tu corazón!

Hijo mío, vengo del cielo con mi Corazón maternal lleno de amor y de las gracias de Dios. Yo te revelo los secretos de mi amor, así como también, los dolores que mi Corazón sufre, a causa de los pecadores ingratos que son muchos en el mundo.

Muchos de mis hijos se volvieron indiferentes y fríos, viviendo en una vida de negación a Dios y de su amor divino.

Hijo mío, yo te comuniqué muchos mensajes durante todos estos años, desde que me manifesté en el amazonas la primera vez, mas el amazonas no me quiso oír, por eso hoy sufre.

Cuantas palabras injuriosas mi Hijo Divino y yo tuvimos que oír de muchos hijos míos que hirieron terriblemente nuestros Santísimos Corazones y muchas de ellas venían de aquellos que deberían tener sus corazones llenos de amor, de dulzura y de dedicación filial, mis hijos sacerdotes.

La Iglesia está herida y se encuentra desolada, porque muchos de ellos que celebran el Santo Sacrificio de mi Hijo Divino ya no tienen más fe y sus corazones se encuentran pesados y endurecidos, a causa de sus dudas y mala vida.

Reza, hijo mío, reza por los ministros de Dios para que no pierdan la fe ni la luz de sus almas, pues el demonio se lanzó  contra ellos ferozmente, queriendo devorarlos y llevarlos al fuego del infierno. Dedícate cada vez más a rezar y a sacrificarte por la conversión y santificación del clero, porque muchos están apostatando de la verdadera fe y de las enseñanzas dejadas por mi Hijo Divino.

Yo os amo a mis hijos sacerdotes y no quiero que ninguno de ellos se condene. Quiero verlos un día, a mi lado, en el cielo. Ponte de rodillas en el suelo y reza mi Rosario, por todos los obispos y sacerdotes que están heridos, no solamente en el cuerpo, mas principalmente en el alma, a causa de sus infidelidades a Dios y de sus pasiones mundanas.

Cada corazón, sacrificio y reparación que ofrezcas por ellos, consolarán mi Doloroso e Inmaculado Corazón. Cada ayuno y penitencias realizados por ellos, librarán a muchos de las cadenas pesadas del pecado, que os hacen estar en las garras de Satanás.

Mi Hijo Jesús sopló sobre ti su Espíritu Santo, concediéndote sus dones y sus gracias, para que puedas ayudar a su pueblo que se encuentra, en estos tiempos tristes, sin fe y abatido.

Nuevos dones te serán concedidos para que emprendas bien la misión a la cual el Señor te llamó y que te fue confiada. Dios actuará en el momento adecuado y te usará cada vez más de acuerdo con sus designios divinos para el bien de su Santa Iglesia y de su pueblo, por la libertad de ellos y de su renovación espiritual, por medio de su acción divina en las almas y en los corazones de muchos de sus hijos que acogerán sus palabras y su amor cada vez más.

Reza mucho para que estés siempre más unido a la Santísima Trinidad y vivas en su amor Divino, realizando la voluntad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, así como los Santos vivieron y realizaron la voluntad de Dios en este mundo.

Acuérdate, hijo mío: el amor es la base para la santidad. Cuanto más amares, mas de Dios serás. Ama, ama, ama, para que estés siempre unido a Dios y Dios esté presente en tu vida y en todo aquello que hagas.

Yo te bendigo y te doy mi paz: en el nombre del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo. Amén.