La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

domingo, 12 de marzo de 2017

12 de marzo de 2017 – Amazonas, Brasil
Mensaje de la Virgen María

¡La paz amados hijos míos, la paz!
Amados hijos, yo vuestra Madre, vengo del cielo para pediros la apertura de vuestros corazones al amor de Dios. No cerréis vuestros corazones a la llamada del Señor. El Padre Eterno os está llamando con mucho amor, mas muchos no quieren obedecer a su llamada y lo ofenden con sus pecados.
Hijos, escuchad mi voz maternal que os suplica oración, conversión y renuncia para seguir el camino santo del Señor que lleva a la eternidad. Sabed tener paciencia en las pruebas y ser fieles al Señor en las contrariedades y dificultades. Dios está con vosotros y jamás os abandona.
Mi Corazón Inmaculado vela siempre por vosotros y por vuestras familias. Yo estoy aquí para protegeros con mi Manto Inmaculado, para conduciros con amor a Aquél que es nuestro todo y es la Vida Eterna. Yo os bendigo con mi bendición de Madre.
Retornad a vuestras casas con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo. ¡Amén!

Hoy, la Santa Madre miró para cada uno de sus hijos. Con su mirada maternal ella siempre bendice a todos sus hijos y de repente me miró y demoró un poco su mirada sobre mí. Yo la miraba bien en sus ojos y ella sonrió amablemente, con esa sonrisa serena y santa que transmitió la paz a mi alma. Esta sonrisa, llena de amor, es la que estaba concediendo a cada uno de nosotros para que nuestras almas tengan siempre la paz y la serenidad y nunca se perturbe ante las pruebas de la vida. ¡Cómo Nuestra Señora nos ama y desea ardientemente nuestra salvación!