Mensaje de María
¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, yo sé que no es fácil tu día a día con los
tuyos, debido a las enfermedades que os acometen (atacan), mas todo lo que
hagas por ellos no será olvidado por Dios. Cada acto, cada respiro ofrecido al
Señor, con recta intención de reparar los pecados del mundo, se vuelven
valiosos y poderosos para destruir y detener todo mal, que se propaga cada vez
más, como una epidemia sin fin.
Los pecados del mundo son muchos, mas mucho mayor es el
amor de Dios que desea ardientemente la conversión y la salvación del alma
pecadora que se dejó cegar por Satanás. En estos tiempos, ¡cuántas almas ciegas
espiritualmente!, desde los pequeños hasta los mayores, muchos están heridos
por el pecado. Satanás ganó mucho espacio y se infiltró dentro de muchas
familias para destruirlas. ¡Cuántos padres y madres ciegos que nada ven y nada oyen!
¡Cuántos padres y madres que se volvieron las marionetas de sus propios hijos y
ya no saben ser los educadores de sus almas en la fe, dentro de sus propios
hogares! Reza, reza mucho por las familias, porque ellas son la causa de mi
dolor y preocupación de Madre.
Muchas se volvieron focos de prostitución y de pecados,
donde el mal impera como duelo de ellas. Enseña a las familias a rezar el
Rosario para que Satanás sea expulsado de dentro de ellas y no retorne jamás.
Reza, sacrifícate por la conversión de los pecadores y tendrás siempre la
bendición del Señor y mi bendición de Madre sobre ti y sobre tu familia.
¡Yo te bendigo!