Manaus,
Amazonas
Mensaje de Jesús
Hoy Jesús apareció majestuoso y
radiante. Él tenía la mirada seria, mas de extrema belleza. Los ojos de Jesús
se clavaron en los míos y me dijo con tono de autoridad:
¡La paz a tu corazón, hijo mío amado!
Hijo mío, Yo vengo a pedirte a ti y a todos la reparación
y el arrepentimiento sincero, porque mi Sagrado Corazón está herido y sangrando
por causa de la dureza de los corazones, corazones fríos e incrédulos, que
desprecian los mensajes y la presencia de mi Madre Inmaculada aquí y en muchos
lugares del mundo.
Ay de los hombres, si mi Madre no viniese al mundo para
reuniros en oración. Hace mucho tiempo que ya hubierais sido punidos por mi
justicia, que es grande y que pesa tremendamente sobre el mundo. Reza, hijo
mío, reza y repara los terribles pecados y ofensas con que los pecadores
ingratos me ultrajan y me hieren en cada momento, en muchas Iglesias, delante
de muchos altares, viniendo a recibirme en pecado mortal. Almas negras e
inmundas, por causa de los terribles pecados, porque no se arrepienten, no se
confiesan nunca, por culpa de muchos Ministros que ya no son más luz para
muchas de ellas, mas motivo de escándalos, de confusiones y de muchos otros
pecados.
Reza por los ministros infieles y soberbios que no se
preocupan más por el bien de sus ovejas, mas solamente por el cuerpo, con los
deseos y las pasiones desenfrenadas, con el dinero y sus intentos pecaminosos.
Acoge mi amor en tu corazón y entrégalo a quien desees y
a quien necesita. Yo estoy siempre a tu lado para ayudarte e iluminarte con mi
gracia y luz. Los tiempos son difíciles y verás las tinieblas y el pecado ser
acogidos dentro de mi Iglesia como cosas buenas y santas, no te dejes engañar,
mas abre la boca, denuncia e instruye a todos que Yo Soy el Único Señor del
Cielo y la Tierra y que mis Mandamientos y enseñanzas no cambian y no cambiarán
jamás.
Avisa a todos de que un día yo vendré para juzgar a cada
uno por sus obras, abriré el libro de sus vidas para juzgarlos por lo que
hicieron o dejaron de hacer. Lucha, hijo mío, por el reino de los cielos, lucha
y trabaja para que mi Reino de amor y de paz triunfe en la vida y en los
corazones de muchos de tus hermanos. Yo el amor, te amo, te bendigo y te doy mi
paz, así como también al mundo entero: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!
Después en seguida, Jesús me
miró nuevamente y me dijo:
Yo te llamé, yo te escogí para hablar, para testimoniar
mi amor y mi presencia a todos. No te calles, mas habla sin miedo y con coraje.
Yo soy contigo y solamente Yo seré tu fuerza, tu consolación, y tu constante
refugio.
No temas, que contigo estoy yo; no receles, que yo soy tu Dios. Yo te he
robustecido y te he ayudado, y te tengo asido con mi diestra justiciera.
¡Oh! Se avergonzarán y confundirán todos los abrasados en ira contra ti.
Serán como nada y perecerán los que buscan querella
Los buscarás y no los hallarás a los que disputaban contigo. Serán como
nada y nulidad los que te hacen la guerra.
Porque yo, Yahveh tu Dios, te tengo asido por la diestra. Soy yo quien te
digo: «No temas, yo te ayudo.»
(Isaías
41, 10-13)
El Señor dijo a Pablo durante la noche en una visión: «No tengas miedo,
sigue hablando y no calles; porque yo estoy contigo y nadie te pondrá la mano
encima para hacerte mal, pues tengo yo un pueblo numeroso en esta ciudad». Y
permaneció allí un año y seis meses, enseñando entre ellos la Palabra de Dios.
(Hch 18, 9-11)