Día 7 de mayo de 1994
En este día, cuando estábamos rezando el rosario en la
plaza, al lado de la Parroquia Reina de los Apóstoles, Nuestra Señora se
apareció a mi madre. La Virgen apareció asegurando algo semejante a un pedazo
de carne ensangrentada y, mi madre no consiguió comprender lo que Ella tenía en
las manos. Creía que Nuestra Señora mostraba su Corazón Inmaculado
ensangrentado. Luego poco después, Ella desapareció.
Día 8 de mayo de 1994.
Era el día de las madres. Nuestra Señora volvió a
aparecer a mi madre, mostrándole esta vez su Corazón Inmaculado, dentro de su
pecho todo transparente, igual a un cristal muy luminoso, diciéndole:
Mi Corazón
es así… Ahora así, es así…
Y le mostró lo que aseguraba el día anterior. Aquello que
mi madre pensaba que fuese un pedazo de carne, se transformó en un niño pequeño
muerto, todo ensangrentado. Y la Virgen añadió:
¡Es aborto!
¡El aborto es un pecado grave! Quién practica el aborto tiene que confesarse
con el padre, llorar y rodar por el suelo de arrepentimiento y nunca más dejar
de rezar. ¡Sólo así podrá salvarse!
Mi madre se acordó que ya tuvo dos abortos involuntarios.
Nuestra Señora, entonces, le dijo:
¡Mismo así,
arrepiéntete ahora!
Nuestra Señora le preguntó:
Si fuera
ahora, ¿qué harías?
Mi madre le respondió:
¡Haría todo
lo posible para no abortar y no perder a mis hijos!
¡LUCHA EN CONTRA DEL ABORTO!
¡Oh Jesús, mira las lágrimas de sangre de Aquella que más te
amó en el mundo y que más intensamente os ama en el cielo!
¡Oh Jesús, atiende nuestras súplicas en virtud de la lágrimas
de sangre de vuestra Madre Santísima!
¡Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los
pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón
de María!
¡Misericordia Jesús! ¡Misericordia para todos los pecadores!¡Misericordia
para toda la humanidad!