La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

martes, 5 de marzo de 2019

2 de marzo de 2019


2 de marzo de 2019 – Itapiranga, Amazonas, Brasil
Mensaje de María

Hoy, la Madre Santísima, vino acompañada de San José, que tenía el Niño Jesús en sus brazos. Todos los tres estaban vestidos de blanco. En la vestimenta del Niño Jesús, brillaban pequeñas estrellas doradas. La Madre Santísima no dio el mensaje:

¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre  del Cielo, vengo a pediros que viváis los mensajes que os doy con amor, con fe y con el corazón abierto al Señor.
Yo deseo llenaros de la paz y del amor de Dios, mas para eso, entregad al Señor vuestra voluntad humana y permitid que prevalezca en vuestras vidas la voluntad divina.
No os alejéis del camino de la oración de conversión, no os dejéis engañar por las armadillas de satanás, porque muchas veces él usa situaciones y personas para alejaros del verdadero propósito que Dios preparó para vosotros. Rezad al Espíritu Santo y pedid su luz divina y el Señor vendrá siempre en vuestro socorro y en auxilio de vuestra flaqueza.

El Niño Jesús que estaba en los brazos de San José, miró a la Santísima Virgen y entre ellos, con la mirada, conversaba entre sí. Él le estaba diciendo algo a Nuestra Señora y luego en seguida Ella nos dijo:

No temáis. Yo, vuestra Madre, estoy aquí y  os cubro con mi manto inmaculado y protector. Yo siempre estoy presente en este lugar escogido por la Divina Voluntad de Dios y aquí el Señor triunfa con su amor.
No os preocupéis por los incrédulos, por aquellos que combaten contra las obras de Dios. Ellos jamás podrán impedir la acción de Dios en este lugar y, muy en breve, muchos llegarán aquí en mayor número como nunca aconteció y nunca más dejarán de venir a este lugar, porque aquí el Señor actuará y hará callar a la boca a los incrédulos, a aquellos que tienen el corazón endurecido como piedra. Yo os amo y os bendigo. Retornad a vuestras casas con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Antes de irse, juntamente con Nuestra Señora, San José y el Niño Jesús, nos bendijeron, trazando sobre nosotros la Señal dela Cruz.