La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

domingo, 14 de junio de 2020

Mensaje de Jesús y de la Reina del Rosario y de la Paz 14 de junio



14 de junio 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil

Mensaje de Jesús y de la Reina del Rosario y de la Paz


Hoy Jesús nos dijo:


¡YO SOY está aquí con todos vosotros!

Yo hago las maravillas y los prodigios por una gota de amor de vuestros corazones. Mi amor es grande. Mi amor es eterno. ¿Me vais a negar una gota de vuestro amor?

 

Muchos me negarán y os dirán que no soy más importante para nadie. Diréis que yo soy una invención de la Iglesia Católica e impedirán a muchos recibirme en la Eucaristía. Ellos me cambiarán por una imitación barata, mas, Yo os digo: mi Cuerpo es verdadera comida y mi Sangre es verdadera bebida. Quién no coma de mi Cuerpo y no beba de mi Sangre no vivirá eternamente y ni tendrá parte conmigo en la gloria de mi Reino.

Os llamo a ser almas reparadoras eucarísticas. En vuestras casas, con todos estaré unido, pues será em vuestras casas que muchos de vosotros me encontraréis y me adoraréis verdaderamente em los tiempos difíciles y de persecuciones, pues en muchas Iglesias, muchos no estarán adorándome, el Dios Verdadero.

 

La Madre Santísima nos dijo:

 

Mi Hijo Jesús está dando su grito de alerta al mundo: despertad, hijos míos, antes de que los agentes de Satanás saquen el gran tesoro eucarístico de en medio de vosotros. No lo permitáis. Luchad con todas vuestras fuerzas y contra todo mal.

Muchos sacerdotes, preparado por mi Hijo y por mí, estarán unidos a vosotros para que no os dejen sin el verdadero alimento Eucarístico. Vosotros los ayudaréis con lo material y ellos os ayudarán con lo espiritual.

Cuidad y acoged a estos sacerdotes como un gran don de mi Hijo Jesús concedido a cada uno de vosotros.

¡Nosotros os bendecimos!