6 de junio 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil
Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz
La Santísima Virgen apareció hoy acompañada por tres personas,
dos hombres y una mujer: los dos hombres eran Renato Baron, Bruno Cornacchiola
y la mujer era Adelaine Roncalli. Ella en esta noche, me dio el siguiente
mensaje.
¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, reza por la Santa Iglesia, reza por todos aquellos
que se sienten abandonados y no amados por ella, para que no pierdan la fe. El
demonio consiguió que muchas lamas perdiesen el amor por la Santa Iglesia, a causa
de muchos Ministros de Dios que las hirieron y las escandalizaron con sus
palabras duras, con sus acciones rudas y sin amor y, con sus comportamientos
contradictorios, que van contra de lo que ellos enseñaron a muchos de ellas.
Intercede por la salvación de las almas. Dios pedirá
mucho a los Ministros de Dios, por cada alma arruinada y sin fe, debido a los
errores y pecados que ellos cometieron.
Ecumenismo no son los muchos errores y herejías reunidos, de las varias religiones paganas, como si fuesen verdad, ni las varias formas de orar de cada una de ellas, como si fuesen todas dirigidas al mismo Dios Verdadero, Aquél que creó el Cielo y la tierra. Religiones existen muchas en el mundo, mas la verdadera doctrina de salvación, enseñada por mi Hijo Divino, es solo una, y es aquella que se encuentra en su Iglesia, que es la Católica. Quien no crea esta verdad y no acepte esta fe no será salvado.
Los pecados de los Ministros de mi Hijo y la falta de fe
de ellos, dejándose vencer por las ideas y enseñanzas paganas del mundo, están
atrayendo grandes calamidades y dolores para muchos de ellos.
Vi en este momento mucha sangre, que inundaba en todas
las direcciones la plaza de la Basílica de San Pedro. El Vaticano quedó todo
rojo de esa sangre, nada fue ahorrado. Conforme la sangre se iba esparciendo yo
escuchaba ruido de tiros, de gritos y de cuchillos y espadas bañadas de esa
sangre y muchas, muchas cabeza cortadas, caídas por el suelo.
Una voz me habló: ¡SANGRE EN EL VATICANO!
Después vi sangre y persecuciones ocurriendo en muchos
lugares del mundo y la misma voz gritaba alto: ¡SANGRE Y PERSECUCIONES A LA ESPOSA DEL CORDERO, EN MUCHAS PARTES DEL
MUNDO!
Apareció Jesús crucificado, como en el calvario, y la
Santísima Virgen se arrodilló, ante su Hijo en la cruz y lloró, pidiendo por la
Santa Iglesia y por todos sus hijos e hijas que deberán pasar por tales
sufrimientos, dolores y persecuciones, para que sean fuertes y guarden fielmente
el testimonio de su Hijo Divino. Yo escuché la voz de Jesús, en la cruz, que
dijo: ¡TODO SE CUMPLIRÁ, CONFORME LAS ESCRITURAS!
Nuestra Señora volvió a hablar conmigo:
El amor, hijos míos, el amor puede mudar las situaciones más difíciles del mundo. El amor de mi Hijo puedes salvar a vuestras familias de las grandes tempestades que ya llegaron y que alcanzarán de modo nunca visto a la Iglesia y al mundo. ¡Yo soy la Reina de la Familia, yo soy la Reina del Amor, yo soy la Virgen de la Revelación!... yo soy una sola y con mi Inmaculado Corazón lleno de amor y de preocupación por su felicidad y salvación eterna, os digo que acojáis y viváis mis suplicantes llamados y comunicados a todos vosotros, en mis muchas apariciones en el pasado y ahora, actualmente, en muchas regiones del mundo. Yo te bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!