La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

martes, 15 de septiembre de 2020

Oración enseñada por San Miguel Arcángel el 14 de septiembre de 2020

 


14 de septiembre de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil.

Oración enseñada por San Miguel Arcángel

¡La paz a tu corazón, hijo del Señor!

Reza esta oración que yo te enseño ahora, por orden del Señor y de su Madre Inmaculada:

 

Señor, en vuestra Divina Voluntad destierra las falsas amistades, que llenas de celos y de envidia, usan sus lenguas feroces, para propagar el mal, destilando el veneno de Satanás contra nosotros y nuestras familias. Líbranos de sus trampas, de sus artimañas y que las bocas de todos nuestros calumniadores enmudezcan, pues vosotros sois el Dios de nuestra salvación y nos postramos delante de vuestra Santa y Divina Presencia, os reconocemos y declaramos como el único Señor de nuestras vidas.

Que vuestro Sagrado Corazón sea nuestro asilo seguro y que vuestra Santa Cruz Gloriosa y poderosa, esté siempre entre nosotros y estas personas que desean nuestra ruina y caída, siendo nuestro escudo de defensa que destruye toda acción satánica, toda calumnia y toda palabra maldita venidas de cada una de ellas.

Que vuestras Santas Llagas, Llagas gloriosas nos concedan la libertad y la victoria sobre todo mal. Amén.

 

Después lee el salmo 140

 

“Del maestro de coro. Salmo. De David.

Líbrame, Yahveh, del hombre malo, del hombre violento guárdame,

los que en su corazón maquinan males, y peleas albergan todo el día,

aguzan su lengua igual que una serpiente, veneno de víbora hay bajo sus labios.

Presérvame, Yahveh, de las manos del impío, del hombre violento guárdame, los que proyectan trastornar mis pasos,

los insolentes que me han ocultado cepo y lazos, y tienden una red bajo mis pies, y al borde del sendero me han emplazado trampas.

Yo he dicho a Yahveh: Tú eres mi Dios, escucha, Yahveh, la voz de mis súplicas.

Oh Yahveh, Señor mío, fuerza de mi salvación, tú cubres mi cabeza el día del combate.

No otorgues, Yahveh, al impío su deseo, no dejes que su plan se realice. Los que me asedian no alcen sobre mí su cabeza, ahóguelos la malicia de sus labios;

llueva sobre ellos carbones encendidos, en el abismo hundidos, no se levanten más;

no arraigue más en la tierra el deslenguado. al violento lo atrape de golpe la desgracia.

Sé que Yahveh al humilde hará justicia, y llevará el juicio de los pobres.

Sí, los justos darán gracias a tu nombre, los rectos morarán en tu presencia”