Mensaje extraordinario de la Reina del Rosario y de la Paz
¡La paz a tu corazón, hijo mío amado!
Hijo mío, hoy, todo el Paraíso está en fiesta, por la gracia y el don,
concedido por la Santísima Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo a tu familia,
con la ordenación sacerdotal de mi hijo Emerson Gabriel, tu hermano. Todo el
cielo se hará presente en este gran día solemnísimo en la vida de mi querido
hijo, que dio el sí a mi Hijo Jesús: de modo particular el Santo Protector de
su Congregación, tu madre Maria do Carmo, tu hermano Quirino, tu abuelos
paterno y maternos, así como tus tíos y tías, tus primas Iris y Horacia y,
otros primos muy distantes del pasado, que partieron hace muchos años atrás, que
esperaban por este momento solemnísimo para unirse al Señor en su gloria.
Esta gran gracia atrae del cielo hoy para tu familia grandes gracias,
bendiciones y luces que tu no puedes imaginar. El poder del infierno tiembla
desde ahora por lo que acontecerá y ya está postrado por tierra, aniquilado por
el poder de mi Hijo Jesús que se unirá a tu hermano como uno solo y toda tu
familia se unirá como una sola cosa con ellos y juntos serán ofrecidos al Padre
Eterno, por medio del Espíritu Santo, como una ofrenda perenne de amor por la
salvación de la Santa Iglesia y de muchas almas.
Reza, reza, reza, hijo mío. Dios está contigo y con tu hermano. Dios lo
usará como su sacerdote eterno y a ti como su profeta, en estos tiempos
actuales: “Súbete a un alto monte, alegre mensajero para Sion; clama con voz
poderosa, alegre mensajero para Jerusalén, clama sin miedo. Di a las ciudades
de Judá: «Ahí está vuestro Dios.» Ahí viene el Señor Yahveh con poder, y su
brazo lo sojuzga todo. Ved que su salario le acompaña, y su paga le precede.” (Isaías
40, 9-10)
Yo te bendigo, hijo mío, y a toda tu
familia con mi bendición maternal y especial: en nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. ¡Amén!