11 de
febrero de 2018 - Italia
Mensaje de María
¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, os amo y os llamo a Dios.
Escuchad mi llamada a la conversión y a la oración. Es Dios quién os llama por
medio de mí.
Este es el tiempo para que vosotros abráis vuestros
corazones a su amor Divino, para que podáis recibir en profundidad luz y
gracia, paz y amor.
Hijos míos, no os desaniméis. No os alejéis de mí ni de
mi Hijo Divino. Hace mucho tiempo que sufro por cada uno de vosotros, por
vuestro bien, por vuestra felicidad y no me canso de llamaros al camino justo
que lleva hasta el cielo.
Rezad mucho, hijos míos, para ser de Dios. Sin oración
vuestros corazones no pueden pertenecer plenamente a mi Hijo Jesús. Sin oración
vuestras vidas y vuestras familias no pueden tener fuerzas para vencer las tinieblas en que satanás os
envuelve cada día alejándoos de Dios.
Rezad para vencer todo mal y la propia voluntad. Rezad
para ser de mi Hijo con todo vuestro ser. Tiempos difíciles llegarán más fuerte
y muchos se alejarán del camino de la verdad, pues muchos guías ciegos están guiando
a otros ciegos, como os dijo mi Hijo Jesús y ambos están siguiendo el camino
que lleva al fuego del infierno.
Pedid la misericordia de Dios para la humanidad
desagradecida. Pedid perdón por vuestros pecados. Quién no desea abrir su
corazón corre el peligro de ser llevado por la ola de errores y de falta de fe
que llevarán a muchos lejos de Dios.
Abrid los oídos para comprender los tiempos y los
acontecimientos que Dios os reveló hace mucho tiempo en su Palabra Eterna.
Acoged mi amor en vuestras vidas y así, muchas gracias
descenderán al cielo sobre vosotros y sobre vuestras familias.
Retornad a vuestras casas con la paz de Dios. Os bendigo
a todos: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!
La Santa Madre dijo, antes de
partir, que en la Fiesta del Santo Rostro, martes antes del miércoles de
ceniza, su Hijo Divino viene a bendecir al mundo y de modo particular a todos
sus hijos e hijas enfermos del alma y del cuerpo y que rezáramos por la
curación de todos ellos.