Manaus,
Amazonas
Mensaje de San José
Hoy apareció la Sagrada
Familia, radiante, que vino del cielo para bendecir a toda la humanidad. San
José nos dio el mensaje esta noche:
¡Mi paz para todos vosotros y vuestras familias, amados
hijos míos!
Hijo mío, reúne a tus hermanos en oración, para que
intercedáis por el bien de la Santa Iglesia y de toda la humanidad, porque los
tiempos son graves y muchos se encuentran sin fuerzas y sin luz, tambaleándose,
a punto de dejarse abatir por las pruebas y las tentaciones.
Pedid mi auxilio y protección. Dios desea eso de toda la
humanidad: que mi Corazón sea más conocido y amado, porque por medio de las
gracias de mi Corazón, Él curará muchas almas débiles en la fe y liberará a
muchos del camino de las tinieblas y del pecado.
El demonio está destruyendo muchas almas con la impureza.
Ya casi no existe pureza en el mundo, porque el mal se propagó de una forma
terrible, llevando una vida sin Dios, muchos hombres y mujeres, jóvenes y
niños.
Aquí en mi Corazón la humanidad encontrará la gracia de
permanecer fiel al Señor, perteneciendo por completo, a su Divino Corazón.
Hijo mío, Jesús y María están muy ofendidos, a causa de tantos
ultrajes y ofensas y mi Corazón sufre. Las familias se volvieron lugares de
continuas ofensas a nuestros tres Sagrados Corazones. Muchos despreciaron
nuestros llamados, profanaron sus hogares y nuestra presencia santísima en
medio de ellos, volviendo a su vida pecaminosa del pasado. En muchos hogares,
donde eran honrados nuestros tres Sagrados Corazones, nuestras imágenes fueron
retiradas, quemadas o echadas fuera.
Dios pedirá mucho a aquellos que llevaron a tantas almas
al error y al desprecio de los mensajes que Él vino a comunicar al mundo, por
medio de nuestros tres Sagrados Corazones. Por cada ultraje, negación o rechazo
cometidos por cada alma, ellos responderán ante la Justicia Divina, que se
siente ultrajada y despreciada.
Reza, reza, reza y di a todos que se hagan muchas
reparaciones, ofreciendo al Señor sacrificios y penitencias por los incrédulos
y los pecadores ingratos.
Tiempos difíciles y dolorosos asolarán a la Iglesia y al
mundo. Los castigos que la humanidad merece son dolorosos y ya están a las
puertas. No perdáis vuestro lugar en el cielo. Sed fieles al Señor y a su
llamado y caminaréis siempre por el camino seguro que lleva hasta la felicidad
eterna.
Yo os amo y estoy aquí para conduciros hasta Dios. Que mi
Hijo Divino os conceda su paz y su amor. Os bendigo a todos: en nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!
El niño Jesús en los brazos de
san José, miraba para todos nosotros durante la aparición, y me mostró algunos
acontecimientos tristes que están ocurriendo en la Santa Iglesia. La mirada del
Niño Jesús se puso seria en un determinado momento: tan pequeño en los brazos
de san José, mas con una mirada tan penetrante que tocaba en lo más profundo
del alma. Comprendí cuantos pecados están atrayendo la justicia divina sobre los
incrédulos e ingratos que desprecian el llamado divino, que el cielo nos está
haciendo, por medio de las apariciones de la Santísima Virgen en el Amazonas.
Si los hombres no se arrepienten y no hacen reparación de sus errores y
pecados, serán tomados por sorpresa por los castigos dolorosos y terribles que
se abatirán sobre ellos.