La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

domingo, 23 de junio de 2019

22 de Junio


22 de Junio de 2019 – Manaos, Amazonas, Brasil.
Mensaje de María

¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre Inmaculada, vengo del cielo para llenar vuestros corazones del amor de Dios. El amor de Dios puede curar vuestras almas y vuestros corazones, librándoos de toda enfermedad, de todo pecado y todo mal.
No os alejéis del amor de Dios, hijos amados, mas desead este amor puro y santo, amor poderoso que cambia vuestras vidas.
Yo estoy aquí para guiaros por el camino de la verdad, para que no perdáis la fe y el coraje de seguir el camino santo del Señor.
Rezad, hijos míos. Que el Rosario sea recitado todos los días en vuestros hogares para que la luz y la gracia de Dios os bendiga y os envuelva.
Yo os amo e intercedo todos los días por cada uno de vosotros ante el Trono de mi Hijo Jesús.

La Santísima Madre pidió que rezáramos durante una semana todos los días tres veces el Magníficat acompañados tres veces de la oración a San Miguel Arcángel:
- Rezar por su obra
- Pidiendo que ella aplaste las cabezas de estos demonios que nos persiguen a nosotros y a nuestras familias.
- Para que su Inmaculado corazón triunfe sobre todo mal y en la vida de todos sus hijos.


Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.


San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.