La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

domingo, 1 de diciembre de 2019

Mensaje de María


30 de noviembre de 2019 – Manaos, Amazonas, Brasil.
Mensaje de María, Reina del Rosario y de la Paz

¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, os llamo a Dios, ahora y siempre. Dejad el camino del pecado atrás y comenzad una vida nueva en el amor de mi Divino Hijo, una vida santa, donde su amor reine en vuestros corazones y brille en vuestras vidas, irradiando vida y gracia a todas las almas que se encuentran en las tinieblas, cegadas por satanás.
Rezad para tener la fuerza de vencer las seducciones del demonio. No os engañéis, las alegrías del demonio son ilusorias y pasajeras, ellas esclavizan vuestras almas para llevaros al infierno. Rezad el Rosario y todas las esposas del pecado serán destruidas y vosotros estaréis libres de sus garras, para servir al Señor en la vida de gracia y de santidad.
Renunciad al mundo, sacrificando la propia voluntad para hacer la voluntad de Dios. Acordaos, hijos míos: todo aquello que vosotros dejéis de este mundo, recibiréis cien veces más en el Reino de mi Hijo. Todo aquello que vosotros hacéis por mí y por mi Hijo Jesús no será olvidado.
Yo os amo y os digo que luchéis esta terrible batalla espiritual, en estos tiempos, con la oración, con el ayuno, con los sacrificios ofrecidos con amor a mi Hijo Jesús.
Cada oración y sacrificios son preciosos para reparar los terribles pecados que se cometen en el mundo.
Muchos pecados están siendo cometidos dentro de la Casa de Dios y ofendiendo mucho al Señor. Son los escándalos de una vida sin Dios, cometidos por los ministros del Señor. Nunca mi Hijo fue tan ofendido como ahora, en estos tiempos, pues los sacerdotes transformaron sus vidas en un barrizal de impurezas.
Rezad por los ministros infieles, para que se arrepientan de sus pecados y den el buen ejemplo, en caso contrario, serán castigados terriblemente por el Señor.
Doblad vuestras rodillas en el suelo y suplicad la misericordia de Dios para ellos. Escuchad mis llamados, acoged mis palabras en vuestros corazones. Vivid mis llamados con amor y con fe. Retornad a vuestras casas con la paz de Dios. A todos bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.