
4 de julio 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil
Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz
La Madre Santísima, tan linda, tan amable y tan llena de
gracia, vino del cielo para transmitirnos su mensaje a toda la humanidad.
¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, los tiempos de las grandes pruebas llegaron y
muchos se encuentran ciegos, sordos y mudos para las obras del cielo, porque
satanás consiguió apartarlos del camino del Señor, cegándolos con sus mentiras
y errores infernales.
Aquello que yo dije en Fátima y ahora a ti, en mis muchas
apariciones, se realizará y la humanidad pasará por su mayor momento de dolor y
de terribles persecuciones.
No tengáis miedo de las pruebas, no os aflijáis, mas
mirad hacia mi Hijo Jesús clavado en la cruz y encontraréis la fuerza y la
gracia para soportar todo por su amor divino, sin jamás negar sus palabras y
sus verdades eternas. Acordaos: quién niegue la verdad, no merece estar con
Dios en el cielo, mas con el padre de la mentira en el fuego del infierno. No
neguéis la verdad y aquello que recibisteis de mi Hijo Divino, pues quién niega
la verdad está haciendo a Dios pasar por mentiroso y Él no ama la mentira.
Muchos, hoy en día, combaten la verdad, porque viven de
mentiras y de errores horribles, ellos están contaminados por el veneno mortal
de Satanás y son sus instrumentos en este mundo, para realizar lo que Él
quiere: destruir las obras divinas del Señor. Reza, reza, reza, hijo mío y Dios
concederá al mundo su gracia y su perdón, a fin de que muchos corazones
cerrados se abran y se conviertan a su amor. Deseo la conversión de cada
corazón, deseo salvaros de las grandes calamidades que os pueden alcanzar muy
pronto. No hagáis oídos sordos a mi llamado de Madre, pues yo estoy muy
preocupada con el destino de vuestras almas y con su salvación eterna. Cambiad
de vida y volved al Corazón de mi Hijo Divino, arrepentidos, y Él os concederá
su perdón. ¡Convertíos ahora!
Yo os bendigo y os doy mi paz: en nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!