La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

domingo, 5 de julio de 2020

Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz 4 de julio




4 de julio 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil
Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz


La Madre Santísima, tan linda, tan amable y tan llena de gracia, vino del cielo para transmitirnos su mensaje a toda la humanidad.

¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, los tiempos de las grandes pruebas llegaron y muchos se encuentran ciegos, sordos y mudos para las obras del cielo, porque satanás consiguió apartarlos del camino del Señor, cegándolos con sus mentiras y errores infernales.
Aquello que yo dije en Fátima y ahora a ti, en mis muchas apariciones, se realizará y la humanidad pasará por su mayor momento de dolor y de terribles persecuciones.
No tengáis miedo de las pruebas, no os aflijáis, mas mirad hacia mi Hijo Jesús clavado en la cruz y encontraréis la fuerza y la gracia para soportar todo por su amor divino, sin jamás negar sus palabras y sus verdades eternas. Acordaos: quién niegue la verdad, no merece estar con Dios en el cielo, mas con el padre de la mentira en el fuego del infierno. No neguéis la verdad y aquello que recibisteis de mi Hijo Divino, pues quién niega la verdad está haciendo a Dios pasar por mentiroso y Él  no ama la mentira.
Muchos, hoy en día, combaten la verdad, porque viven de mentiras y de errores horribles, ellos están contaminados por el veneno mortal de Satanás y son sus instrumentos en este mundo, para realizar lo que Él quiere: destruir las obras divinas del Señor. Reza, reza, reza, hijo mío y Dios concederá al mundo su gracia y su perdón, a fin de que muchos corazones cerrados se abran y se conviertan a su amor. Deseo la conversión de cada corazón, deseo salvaros de las grandes calamidades que os pueden alcanzar muy pronto. No hagáis oídos sordos a mi llamado de Madre, pues yo estoy muy preocupada con el destino de vuestras almas y con su salvación eterna. Cambiad de vida y volved al Corazón de mi Hijo Divino, arrepentidos, y Él os concederá su perdón. ¡Convertíos ahora!
Yo os bendigo y os doy mi paz: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!