La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

jueves, 30 de noviembre de 2017

2 de mayo de 2017 – Amazonas, Brasil
Mensaje de María

Hijo mío amado, la santidad es amar a Dios, es ser todo de Él de mente, palabras, cuerpo, corazón y alma y amar al prójimo, mismo a aquellos que os persiguen y desean tu mal.
El amor todo soporta y perdona. Entra en mi Inmaculado corazón para aprender a amar.
¿Ves, cuantas almas ciegas, comenzando por las almas sacerdotales? Están así, porque se volvieron presas fáciles de satanás, se volvieron sus fantoches de diversión conduciéndolos por el camino fácil de los placeres, de las pasiones, del dinero y del poder.
Almas sacerdotales que deberían ser luz para muchos fieles, que deberían rezar, reparar, sacrificarse por la salvación de las ovejas que les fueron confiadas.
Al menos tú, hijo mío, que escuchas mis palabras, que ves los dolores de mi Corazón de Madre, que sufre por causa de mis hijos rebeldes e ingratos, ofrécete y repara por un bien mayor, para que la Justicia Divina se aleje de todos mis hijos y se deje vencer por la misericordia.
Por eso, yo te pido amor, perdón y reparación y así, cada día, aprenderás de mi Corazón a ser más agradable y perfecto a Dios.
No te dejes abatir por las pruebas. No te dejes vencer por el mundo ni por las tentaciones. Sé fuerte, firme en la fe, busca fuerzas en mi Hijo en la Eucaristía. Él nunca te abandonará, nunca te dejará solo. Cree, cree siempre más, pues el Señor se sirve de ti para grandes cosas. Él quiere hacer del Amazonas un granero de grandes gracias para el mundo. Él quiere irradiar desde Itapiranga los rayos de su Corazón misericordioso para la humanidad.

Nunca te sientas solo. Yo estoy siempre a tu lado para defenderte, como también a toda a tu familia. Yo os bendigo y os doy mi paz: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!