Para que meditemos:
Mis apariciones en el Amazonas
son las grandes gracias que Dios os reservó para este tiempo. El mundo está
caminando para el borde de un gran abismo que lleva al fuego del infierno.
Satanás está queriendo destruir la obra que yo inicié en Itapiranga, por medio
de aquellos hijos que no me escuchan y que no quieren abandonar la vida de
pecado. No deis mal ejemplo: ¡jamás! Mas
sed hijos que alegran y agradan siempre al Corazón de mi Divino Hijo Jesús.
Rezad, rezad para comprender la
llamada de Dios. Esta llamada es poderosa y santa. Es una llamada de santidad
que os conduce por el camino que lleva rumbo al cielo.
Mensaje de Nuestra Señora del 23 de Agosto de 2014