Amazonas
¡La paz a tu corazón¡
Hijo mío, sacrifícate cada vez más por la salvación de
las almas. Los sacrificios ofrecidos con amor y en espíritu de reparación
consuelan el Corazón de mi Hijo Jesús y mi Corazón maternal, salvando también
una multitud de almas para el cielo.
Diga a mis hijos que recen, ayunen y reparen así los
propios pecados y los pecados del mundo. Solamente así, podrán merecer y
obtener la misericordia divina, en estos tiempos difíciles, en que Dios fue
dejado de lado y no existe más en los corazones de muchos de mis Hijos que se
volvieron fríos, ingratos e indiferentes para con su Divino Amor.
Reza, reza, reza por la conversión de los pecadores y
harás siempre mi Corazón de Madre feliz. ¡Yo te bendigo!