Itapiranga –
Amazonas.
Mensaje de María
Hoy, la Madre bendecida, vino
acompañada de innumerables Ángeles. Ella estaba radiante, dentro de aquella
linda luz y esplendor celestial. Ella estaba sin el velo, con un vestido blanco
y manto azul celestial. Sus lindos cabellos caían por sus hombros a derecha y a
izquierda, así como por la espalda. Sus manos estaban bajas como para
concedernos gracias. Ella nos dio el siguiente mensaje:
¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, vengo del cielo para
pediros que abráis vuestros corazones al llamado santo del Señor. Él os llama a
la conversión. Él os llama al cambio de vida.
No permanezcáis sordos, con los corazones endurecidos,
siéndole desobedientes. Decidíos ahora por el reino de los cielos, porque
grandes acontecimientos cambiarán la vida de la humanidad para siempre y muchos
no estarán preparados, porque se dejaron cegar por satanás.
Acontezca lo que acontezca no retrocedáis en vuestro
camino de conversión, no tengáis miedo de las pruebas y las persecuciones. Yo
estaré siempre a vuestro lado para guiaros y para ayudaros. Confiad en mi
intercesión y protección maternal.
Muchas cosas tristes acontecerán en la Iglesia y en el
mundo, porque trocarán la verdad eterna por las mentiras que vienen del
infierno, haciendo que muchos pierdan la fe.
Rezad muchos Credos como yo os enseñé, para que venzáis los
errores y las herejías que se van a difundir en medio de muchos fieles sin luz
y sin Dios.
Rezad, rezad, rezad el Rosario para reparar las terribles
ofensas que mi Hijo viene recibiendo de los pecadores ingratos.
Yo estoy aquí, porque os amo y os quiero bien, así como quiero
vuestra felicidad eterna. Acoged mis palabras maternales en vuestros corazones
y acordaos de cada palabra que yo os comuniqué, porque ellas serán vuestra
fuerza y consuelo en los momentos difíciles de grandes pruebas.
Retornad a vuestras casas con la paz de Dios. Os bendigo
a todos: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!