La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

jueves, 3 de octubre de 2019

Mensaje de María, 28 septiembre


28 de septiembre de 2019 – Itapiranga, Amazonas, Brasil.
Mensaje de María, Reina del Rosario y de la Paz

¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, vengo del cielo para llamaros a la conversión, para llamaros a Dios que tanto os quiere bien.
Hijos, no perdáis tiempo. Convertíos. El mundo se está dirigiendo cada vez más al borde del gran abismo que lleva al fuego del infierno.
Muchos están ciegos y sordos y no quieren escuchar los llamados que, mi Señor, os hace por medio de mí.
No os engañéis, hijos míos, nada en este mundo se compara con la vida eterna. Luchad por el cielo. Luchad para conquistar un día la vida eterna, la vida plena al lado de Dios.
Rezad mucho por el bien de la humanidad. Rezad mi Rosario por la conversión de vuestros familiares, pues los tiempos serán más difíciles y grandes errores contaminarán a muchos de mis hijos, haciendo con que muchos se alejen de la verdad y de la verdadera fe.
Yo estoy aquí para ayudaros y guiaros en estos días de tinieblas y de falta de fe. Yo os digo: no temáis. Venid a refugiaros dentro de mi Inmaculado Corazón. Aquí estaréis protegidos contra muchos males y peligros corporales y espirituales. Hijos míos, ah, hijos míos… mi Corazón sufre por vosotros, por todo aquellos que deberán soportar y sufrir a causa de los corazones orgullosos y gananciosos. Escuchadme. Cambiad de vida. Rezad siempre más (siempre/cada vez más).
En estos tiempos, hijos míos, se están realizando muchas cosas que yo os revelé en el pasado. Yo estoy con mi Corazón maternal lleno de dolor, porque es grande el número de mis hijos que ofenden a mi Hijo Jesús con terribles pecados, que no temen más a Dios, que se dejan usar por Satanás para ser sus instrumentos malignos y así poder destruir las obras santas de Dios.
Doblad vuestras rodillas en el suelo y rezad. Todo mal es destruido con la oración, la penitencia y el ayuno. Dios no desampara jamás a sus hijos que claman por el auxilio divino.
Rezad, rezad, rezad y Dios os ayudará y os bendecirá en vuestras mayores aflicciones.
Volved a vuestras casas con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!