29 de septiembre de 2019 – Manaos, Amazonas, Brasil.
Mensaje de María,
Reina del Rosario y de la Paz
¡La paz amados hijos míos, la
paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre,
vengo del cielo para pediros que no abandonéis jamás el camino santo y de la conversión
que os estoy indicando.
No os alejéis de mi Hijo Jesús,
pues sólo Él puede daros la vida eterna. No cerréis vuestros corazones a mis
llamados maternales.
Yo os hablo con mucho amor. Yo
os hablo porque me preocupo con vuestra salvación eterna. Yo os hablo porque deseo
que sintáis la experiencia del cielo, ya aquí en este mundo y después para
siempre, al lado del Señor, por toda la eternidad.
Éstos son los tiempos de la
gran batalla. Rezad siempre más. Rezad con mucha fe y amor en el corazón y todo
en vuestras vidas cambiará, hijos míos.
No dudéis, mas acreditad en el
amor de Dios por cada uno de vosotros. Yo os amo y estoy aquí para acogeros en
mi Inmaculado Corazón.
Pedid la intercesión de San
Miguel, San Gabriel y San Rafael. Ellos están siempre a vuestro lado, por orden
divina, para ayudaros, auxiliaros y protegeros.
Hijos míos, está ocurriendo
una gran batalla espiritual entre los Ángeles del Señor y los demonios del infierno.
Refugiaos debajo de mi manto protector
y el Señor os concederá grandes gracias espirituales y corporales. Rezad,
rezad, rezad siempre más y muchas almas encontrarán la luz de Dios.
Hijos míos, el demonio desea
alejar a muchos de la verdadera fe. Él desea traer confusión, falta de fe y de
amor, enfriando los corazones de muchos de mis hijos. Doblad vuestras rodillas
en el suelo en oración. Yo ya os pedí eso y lo vuelo a repetir.
No prestéis oídos a aquellas
personas que os critican y hablan en contra de vosotros. Rezad por ellas, para
que abran los corazones ahora, en cuanto todavía hay tiempo para la conversión,
porque después todo será más difícil y muchos podrán caer terriblemente en el
pecado y no conseguir volver a erguirse jamás.
Rezad mucho, confiad y obtendréis
todo del Corazón de mi Hijos Jesús. Volved a vuestras casas con la paz de Dios.
Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Amén!