La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

jueves, 20 de febrero de 2020

Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz del 11 de Febrero


11 de febrero de 2020 – Manaus, Amazonas, Brasil
Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz

La Santa Madre, tan linda y majestuosa, vino hoy vestida de blanco, con la faja azul en la cintura y las rosas doradas sobre sus pies, como en Lourdes. Ella nos dio el siguiente mensaje:

¡La paz amados hijos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre Inmaculada, vengo del cielo para llevaros a Dios, al Corazón de mi Hijo Jesús.
Yo estoy aquí delante de vosotros con mi Inmaculado Corazón lleno de amor, porque yo deseo vuestra felicidad y salvación eterna.
Yo deseo aliviar vuestros sufrimientos y daros mi bendición maternal, para que tengáis fuerza y gracia para seguir el camino santo de mi Hijo Jesús.
Hijos míos, mudad de vida, dejad todas las cosas equivocadas atrás y aceptad vivir las palabras santas de mi Hijo Jesús, que cambiarán vuestros corazones y os harán personas más santas.
No queráis ser del mundo, pues quien vive para el mundo y se olvida de Dios, no puede un día merecer el cielo, que es la verdadera morada de la eterna felicidad.
Sed mis hijos que sabéis rezar y reparar los pecados del mundo. Acoged mi amor en vuestros corazones para que tengáis paz.
Yo soy la Reina del Rosario y de la Paz, yo soy la Inmaculada Concepción: yo soy una sola, la Madre de Dios y la Reina del cielo y de la tierra.
Yo os acojo debajo de mi manto de protección y alejo para lejos de vosotros y de vuestras familias todos los peligros corporales y espirituales, pidiendo delante del Trono de mi Hijo Jesús la salud para vuestros cuerpos y vuestras almas y el alivio y la curación de vuestras enfermedades.
Volved a vuestras casas con la paz de Dios. A todos os bendigo: en nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!