La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

miércoles, 5 de febrero de 2020

Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz del 2 de febrero

2 de febrero de 2020 – Itapiranga, Amazonas, Brasil
Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz

¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, vengo del cielo para bendeciros, para conduciros por el camino de la oración y de la conversión que lleva al cielo, hasta el Corazón de mi Hijo Jesús.
Yo os amo y vengo a concederos protección y paz. No os alejéis de la oración y del camino santo del Señor, para que podáis merecer las bendiciones y las gracias del cielo.
Rezad, rezad para ser fuertes en la fe, porque llegarán grandes errores y tristezas que estarán dentro de la Iglesia, ofendiendo terriblemente al Corazón de mi Hijo Jesús.
Rezad por los Ministros de Dios, para que sean fieles al Señor, porque Satanás desea arrastrar a muchos de ellos para el fuego del infierno, porque están viviendo más para el mundo que para Dios.
Como duele a mi Corazón ver cómo la Iglesia de mi Divino Hijo está perdiendo su sacralidad, para volverse más paganizada. Muchos errores están arrastrando a muchas almas hacia el camino de la perdición.
Sin Dios en vuestras vidas, vosotros no podéis merecer el cielo. El cielo es para aquellos que viven la voluntad de Dios y sus enseñamientos santos que les da la vida eterna. Volved, Volved a Dios, en caso contrario, el mundo será abatido por el brazo del Señor que caerá y herirá fuertemente a los infieles y desobedientes.
No os dejéis vencer por el mundo y por el pecado, pues ellos no os pueden dar la luz de Dios ni la vida eterna. Sed de Dios para que Él os transforme en sus verdaderos discípulos que siguen sus pasos,  siendo una luz para todos los hombres.
Yo estoy siempre a vuestro lado para iluminar vuestros pasos, hijos míos. Consagraos a mi Inmaculado Corazón, todos los días y yo os enseñaré a ser fiel a Dios hasta el fin.
Luchad por el cielo. Luchad por la vida eterna y no para tener una vida en este mundo, que no os puede dar la verdadera felicidad. Recordad: quien quiera salvar su vida, la perderá, mas quién pierda su vida por el amor de mi Hijo y del Evangelio, la salvará para la vida eterna.
Vivid para Dios y tendréis siempre su bendición. Volved a vuestras casas con la paz de Dios. A todos os bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!