1 de febrero de 2020 – Itapiranga, Amazonas, Brasil
Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz
¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, os llamo a Dios. No permanezcáis
sordos a mi llamado. El tiempo es grave y urgente.
No os alejéis del camino de la oración, pues es ella la
que os ayudará a permanecer en el camino de la conversión que os estoy indicando
para que estéis unidos a Dios y a su amor.
El mundo está pasando por muchas pruebas, porque peca y
es desobediente a Dios. Grandes tristezas y sufrimientos se esparcirán rápidamente
por el mundo entero como consecuencia del pecado.
Satanás usa a los hombres corrompidos y codiciosos para
destruir a millares de personas de un momento para otro sin tener remordimiento
ni dolor en el corazón.
Hijos míos, la maldad es mucha en el mundo, pero mayor es
el amor del Señor y más poderosa es su protección. Confiad, confiad en el
Corazón de mi Hijo Divino. No temáis nada. Quién reza y vive su conversión diaria
nada debe temer.
Yo estoy aquí para cubriros con mi manto protector. Yo
estoy aquí porque os amo. Rezad por los incrédulos y por los que se encuentran
con sus corazones endurecidos y cerrados, pues éstos deberán sufrir mucho,
hasta que aprendan a ser obedientes a Dios y reconocer su Divina Majestad.
Rezad, rezad mucho, pues Dios os está todavía dando un
tiempo para la conversión. No perdáis esta gracia. Cambiad de vida.
Volved a vuestras casas con la paz de Dios. Os bendigo a
todos: en el nombre del Padre, del Hijos y del Espíritu Santo. ¡Amén!