La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

viernes, 1 de enero de 2021

Mensaje del glorioso San José del 31 de diciembre

 


31 de diciembre de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil.

Mensaje del glorioso San José

 

¡La paz amado hijo mío!

Hijo mío, yo vengo del cielo para concederte la paz y la bendición de mi Castísimo Corazón. Yo te bendigo, así como a toda la humanidad, la humanidad herida, angustiada y casi sin fe, porque no reza como debería, no busca a Dios mientras Él todavía se deja encontrar. La humanidad desolada en el pecado y en las cosas del mundo que no os puede dar la vida eterna.

Hijo mío, reza por la conversión de los pecadores, reza mucho por la Santa Iglesia, porque grandes ataques contra ella acontecerán y muchos perderán la fe. La grande apostasía visible y tan clara hará que muchos nieguen al Señor, abandonándolo para seguir muy pronto al hombre inicuo que niega a Cristo y sus verdades eternas.

Aquellos que están en el poder están actuando para que llegue cuanto antes la manifestación del mal personificado que traerá grandes dolores, sufrimientos y persecuciones a la Iglesia y a toda la humanidad. Yo estoy aquí para ofreceros mi Castísimo Corazón como refugio y protección en estos momentos difíciles y de dolor.

Aquellos que se refugien en mi Corazón estarán protegidos y no serán debilitados por nada, porque yo os protegeré como propiedad mía, por orden del Señor, y preservaré el pequeño resto fiel a mi Hijo Jesucristo.

 

 

Mi amado padre José, cuando el Señor dice “pequeño resto”, ¿es un pequeño número? ¿Cómo podemos entender?

 

Serán pocos los que permanecerán fieles a mi Hijo Jesús hasta el final, mas será grande el número de aquellos que se perderán y serán llevados por los engaños y errores del demonio, porque se dejarán vencer por el miedo, por las persecuciones, por el dolor y por los sufrimientos. Pensarán en salvar su propia vida, mas la perderán, porque negarán su cruz, en busca de la falsa felicidad e ilusiones mundanas.

 

¡Ayúdanos a no traicionar a Jesús en sus enseñanzas!... ¡No permitas que eso suceda en nuestras vidas!

 

Consagraos todos los días a mí, a mi Castísimo Corazón y yo obtendré para vosotros fe, protección y gracia y dentro del Corazón de mi Divino Hijo os colocaré y estaréis seguros, en su paz.

Recibid ahora mi bendición: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.