La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

viernes, 16 de febrero de 2018


14 de febrero de 2018 - Italia
Mensaje de San José

Hoy San José vino a transmitir su mensaje a toda la humanidad. Él estaba vestido con una vestimenta beige y un manto verde. En sus brazos estaba el niño Jesús, con una vestimenta beige con pequeñas estrellas doradas. El niño Jesús aseguraba en su mano una cruz de madera oscura y con ella nos bendijo.

¡La paz amados hijos míos, la paz de Jesús para todos vosotros!
Hijo mío, mi Hijo Divino me envía a ti para decir al mundo: Dios está demasiado ofendido y quiere llevar adelante su Justicia sobre toda la humanidad que no piensa más en el cielo, mas solamente en las cosas mundana que no le concede la vida eterna.
Hijo mío, días tenebrosos llegarán al mundo si los hombres, mujeres, jóvenes y niños no rezan y no hacen penitencia.
Diga a todos que reparen los terribles pecados haciendo penitencia, adoraciones, ofreciendo todo lo que hagan al Señor, en espíritu de reparación y de súplica por la conversión de los pecadores.
Dios está indignado con muchas familias cristianas que no viven santamente y no dan el buen ejemplo. Rezad, rezad, rezad para que tengáis fuerza de decir no al pecado y a las tentaciones. No perdáis la vida eterna por una alegría pasajera de este mundo. No perdáis vuestro lugar en el cielo. El infierno es horrible, doloroso con sufrimientos sin fin. No queráis ir al infierno. Satanás desea destruir muchas almas y está realizando su intento con aquellos que son débiles en la fe y que le prestan oídos.
Yo vengo para daros protección y paz. Yo vengo a acogeros debajo de mi manto sagrado. Mi Corazón Castísimo es vuestro refugio seguro. Confiad en el poder de mi intercesión y yo os conduciré con seguridad hasta Jesús. Retornad a vuestras casas con la paz de Dios. A todos os bendigo: en el nombre del Padre, de Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!