La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

viernes, 16 de febrero de 2018

Adoración, ultrajes, reparación ...


Beata María de Jesús Deluil-Martiny

 En el primer sábado de septiembre de 1867, María se encontraba orando en una Iglesia cuando Jesús le dirige la palabra:

 “No soy conocido, no soy amado. Quiero encontrar almas que me comprendan. Soy un torrente que quiere desbordarse y cuyas aguas ya no pueden ser contenidas. Yo quiero construir algunos vasos para llenarlos con las aguas de mi amor. Tengo sed de corazones que me aprecien y que consigan cumplir el objetivo por el cual yo estoy aquí. Soy ultrajado, soy profanado. Antes de que los tiempos acaben, quiero ser compensado de todos los ultrajes que recibí. Yo quiero esparcir todas las gracias que fueron rechazadas.”

María siente una tristeza profunda por el rechazo del mundo que se opone a Jesús y escribe:

“El mundo no quiere nada de Él. Actualmente, están aquellos que huyen de Él, que Lo odian y Lo rechazan; ellos intentan excluirLo de los corazones y de la sociedad. Ante esa vergüenza, ante esos odios, ante ese desprecio, ante esas impurezas satánicas, respondamos alto y firmemente: ¡es necesario que Él reine!”

Con ese espíritu, el Papa Juan Pablo II incitaba a los jóvenes a adora el Santísimo Sacramento:


“Que la adoración eucarística fuera de la Misa se vuelva un compromiso especial para las diversas comunidades religiosas y parroquiales. Permanezcamos largamente prostrados delante de Jesús presente en la Eucaristía, reparando con nuestra fe y nuestro amor las negligencias y hasta los ultrajes a que nuestro Salvador se ve obligar a soportar en tantas partes del mundo. (Carta Apostólica Mane Nobiscum Domine, 7 de octubre de 2004,8).