24 de octubre de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil.
Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo
¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, es hora de vivir para Dios, con Dios y en Dios. Es hora de que la
humanidad retorne a mi Sagrado Corazón. Yo os llamo a la conversión, mas muchos
no me oyen y cierran las puertas de sus corazones a mi amor Divino.
Yo hablo contigo con mi Corazón lleno de amor y con el deseo ardiente por
la salvación de las almas. Ellas son preciosas para Mí, a mi Corazón. Reza,
reza por la salvación de las almas. Sálvamelas para mi reino de amor, sálvame
muchas almas con tus oraciones transbordando mi amor divino a todas ellas.
Habla de mi amor a las criaturas hechas por Mí, que se encuentran distantes del
camino de la verdad, que no quieren abrir los ojos de sus corazones y seguir el
camino de la conversión, de la renuncia y de la salvación que Yo preparé para
cada una de ellas.
Cuidad de vuestros hogares. Vuestras familias son preciosas para la
Santísima Trinidad que se hace presente en cada hogar bendecido, en la unión de
un hombre con su mujer, que en el amor y unidos a mi Divino Corazón, por medio
del sacramento del matrimonio, sellan su compromiso cristiano y unión tan santa
delante de mi altar, pidiendo mi bendición, mi gracia y mi luz que santifica y
diviniza cada familia cristiana, en la perfecta imagen santa de Dios, el
Creador de todas las cosas.
Proteged vuestros hogares de todo error, vicio y pecado. Familias arruinadas
en el pecado no pueden ser agradables a Dios. Familias que se callan delante
del error, no denunciando el mal y el pecado, por el bien mayor de sus familiares
que se encuentran ciegos y esclavos en las garras de Satanás, no pueden ser mis
verdaderos discípulos y servidores. Padres y madres flacos en la fe y en la
oración no pueden construir familias santas. Padres y madres mundanos y sin luz
caminan por el camino de la perdición que os lleva al fuego del infierno, junto
con vuestros propios hijos.
Limpiad vuestros hogares de toda suciedad, pues mi Majestad Divina se hace
presente en cada familia y como Ella es ultrajada en estos tiempos crueles por muchos
padres, madres, hijos e hijas ingratos y rebeldes, que son más la imagen de
Satanás que la mía.
Casas sucias, en las tinieblas, sin luz y sin vida son casas donde los
demonios actúan y reinan. Cuando una familia permite que su hogar sea sucio y
permite que la suciedad aparezca por su modo de vivir y de hablar, es Satanás
quien se hace presente en aquel hogar, pues es él quien ama la podredumbre, la
suciedad y el pecado.
Para saber si estáis unidos a mí y a mi voluntad divina dentro de vuestros
hogares, ved cuanta suciedad hay en vuestras casas, pues toda suciedad de la
tierra es un reflejo inmundo que representa el pecado espiritual de cada alma.
Casas sucias y sin vida no agradan a mi Sagrado Corazón. Casas limpias, iluminadas
y perfumadas con amor, son mis verdaderos santuarios domésticos donde yo me
hago presente con todas mi divinidad, amor y voluntad. Yo te bendigo y te doy
en este momento la gran gracia de que tanto necesitas para ti y para tu
familia, que yo escogí y preparé, para ser un ejemplo a todas las otras, para
estos tiempos difíciles y malos.
Recibe mi paz y mi amor: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
¡Di estas palabras mías, cuanto antes, a todas las familias del mundo
entero!
¡Jesús, el Rey de todas las familias, el Rey de cada hogar!