25 de
febrero de 2018 – Italia
Mensaje de María
En esta tarde, la Santísima
Virgen apareció teniendo en sus brazos maternales al Niño Jesús. El Niño Jesús
abrió sus brazos como para acogernos en su Sagrado Corazón. Él dijo que pidió
para que hagamos amado y conocido su Padre amado José, porque por medio de San
José, de su intercesión, Él desea concedernos grandes gracias. Este es el deseo
profundo de su Divino Corazón: Ver a San José amado, invocado y honrado.
¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre Inmaculada, vengo del cielo
con mi Hijo Jesús para bendeciros y daros mi amor.
Jesús está aquí, porque os ama y desea vuestra salvación
eterna. Mi Hijo Divino siempre se hace presente en este lugar para curar vuestros
corazones. Yo estoy siempre con Él, esperando por cada uno de vosotros, para
acogeros en mi manto de Madre.
Yo deseo guiaros por el camino de la conversión y de la
santidad, por eso, yo os pido: escuchad mis llamamientos de Madre. Yo os digo
estos mensajes para el bien de vuestras almas, porque no deseo vuestra
infelicidad, mas que seáis felices y que tengáis la paz en vuestros hogares.
Hijos amados, están llegando los tiempos crueles y
difíciles. El mundo está patas arriba (o mundo está de pernas pro ar), porque
se olvidó de Dios y ya no ama más.
La acción del demonio está cegando a muchos Ministros de
Dios y junto con ellos sigue una multitud de almas que se encuentran sin fe y
sin esperanza. Ayudad a vuestros hermanos a ser de Dios. Yo quiero proteger a vuestras
familias de muchos males. Entregaos a mi protección de Madre. Mi Hijo Jesús me
entregó a vosotros como Madre y me entregó el Padre vuestro para que yo os
cuide. Consagraos siempre
A mi Inmaculado Corazón, renovando vuestro amor y la
promesa de ser siempre de mi Hijo Jesús, fieles a sus enseñanzas y a sus mandamientos.
Yo estoy siempre a vuestro lado y os doy, en este
momento, mi bendición maternal, unida a mi Hijo Jesús. Retornad a vuestras
casas con la paz de Dios. A todos os bendigo: en nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.