La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

miércoles, 24 de marzo de 2021

Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz 22 de marzo

22 de marzo de 2021 – Itapiranga, Amazonas, Brasil

Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz

 

¡La paz a tu corazón!

Hijo mío, yo, tu madre, vengo del cielo para darte todo mi amor y luz, para que los lleves a tus hermanos tan necesitados de fe y esperanza. Mucho se desesperan en las pruebas de la vida, porque no rezan y se alejaron de Dios. Solamente por medio de la oración el Señor os puede conceder las gracias que os ayudarán y os fortalecerán en el amor, en la fe y en la confianza profunda en su Corazón Misericordioso. Los que no rezan no pueden merecer las gracias divinas ni su protección. Estos están atrayendo sobre sí las calamidades y las tristezas de la vida. Mas cuando un corazón oscurecido por el pecado y distante de Dios comienza a rezar, para este la luz de Dios y su presencia divina comienzan a ser percibidas y sentidas en su vida de un modo intenso que penetra en lo profundo de su alma, cambiando de vida.

Reza, hijo mío, reza por la conversión y la salvación de las almas. Ellas son preciosas para Dios y para mí. Cuando un alma se pierde y va al infierno, cuánto dolor siento en mi Inmaculado Corazón. Lágrimas caen de mis ojos, pues éstos se condenan, porque los buenos no rezaron ni se sacrificaron lo suficiente por los que estaban sin luz y sin vida. De ti y de muchos hijos míos que escucharon y creyeron en mis palabras maternales yo pido más dedicación y esfuerzo en rezar, en sacrificarse y en hacer penitencia por la conversión y la salvación de las almas. Yo os estoy llamando a todos mis hijos del mundo entero a tener este propósito en vuestras vidas. Yo bendigo y siempre bendeciré a todos aquellos que pongan en práctica este llamado mío y los ayudaré en sus momentos más difíciles. A ti y a toda la humanidad mi bendición: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.