La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

miércoles, 4 de abril de 2018

1 de abril de 2018 – Itapiranga, Amazonas
Mensaje de María


La Santísima Madre vino hoy acompañada de su Hijo Divino, glorioso y todo resplandeciente en luz. Jesús nos bendijo y nos estaba concediendo su paz. Nuestra Señora nos transmitió el mensaje:

¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, yo vengo del cielo con mi Hijo Jesús para daros mi bendición de Madre, unida a Él, en esta fiesta de Pascua, cuando vosotros celebráis su victoria sobre la muerte y el pecado, cuando celebráis su resurrección de entre los muertos.
Reza, hijo mío, reza y haz que tus hermanos rezen mucho por el mundo pecador, sin fe y sin vida. Muchas almas están siguiendo el camino de la perdición que lleva al infierno. Yo ya comuniqué muchos mensajes en varias partes del mundo, mas muchos de mis hijos no creen en mis palabras maternales y no prestan oídos.
El tiempo está pasando, hijo mío, el tiempo está pasando para muchos de vosotros y de aquí a poco llegará la hora en que vosotros deberéis presentaros ante el Trono de Dios, donde seréis juzgados por aquello que hicisteis y dejasteis de hacer, donde el Señor medirá y juzgará el amor que se encuentra en vuestros corazones, donde Él juzgará cuanto vosotros amasteis y perdonasteis en este mundo.
Di a tus hermanos que se acerquen siempre a la confesión, di a todos ellos que no vivan en pecado y que no pierdan la oportunidad para estar con Dios. Mi Hijo Divino me envía aquí a este lugar bendecido por su presencia Divina y por la mía, para una vez más suplicar de vuestros corazones el arrepentimiento sincero.
Convertíos, convertíos, convertíos. Todavía es tiempo de conversión. Vuelve, oh humanidad, a Dios. Él te llama. ¡Él te está llamando a la conversión!
Yo te bendigo, hijo mío, bendigo a tu familia y al mundo entero: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!