18 de marzo de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil
Oración enseñada por el Glorioso San José, por orden de
Jesús, a Edson Glauber, el 18 de marzo de 2020.
Señor, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Nosotros te pedimos por la intercesión del Glorioso San José, Protector de la
Santa Iglesia y de nuestras familias, desterrar y hacer desaparecer
instantáneamente, en un abrir y cerra de ojos, este virus mortal, venido de
Satanás, que se cobra muchas vidas humanas, en muchos lugares del mundo.
Concédenos esta gran gracia. No mires nuestros pecados,
sino la fe que anima tu Iglesia!… Humilla a Satanás y a todo el infierno,
exaltando cada vez más a San José y su Corazón Castísimo en toda la Iglesia y
en todo el mundo, como nunca aconteció en la historia de la humanidad. Que
todos se acuerden del poder de su intercesión y del gran amor de su Corazón
Castísimo, que no nos desampara en los peligros y angustias de la vida.
Glorioso San José, Poderoso guardián de Nuestra Alma,
acuérdate que muchos de tus devotos rezaron tu Sagrado Manto de protección y
vuestro Santo Rosario de los siete Dolores y Alegrías y honraron vuestro
Corazón Castísimo, rezando los primeros miércoles de mes. Por todas las
oraciones que fueron dirigidas a Corazón Castísimo, con mucho amor y fe, mostrándonos
la gran señal de tu amor, para con la Santa Iglesia y para con el mundo entero.
Obtennos de Dios altísimo el perdón de nuestros pecados y su misericordia divina,
que fue ultrajada por muchos de nosotros, hijos e hijas ingratos. Que el Señor
nos perdone y nos salve. Haz ahora que nuestras oraciones tengan valor delante
del Santo Trono de Dios. Nosotros te lo pedimos con confianza: haz valer ahora
vuestras promesas, de que nadie os invocaría en vano. A vuestro Corazón
Castísimo nos consagramos y consagramos, en este momento, cada país, cada
persona contaminada, cada región herida y alcanzada por esta acción maligna y
mortal.
Cuando clamamos tu Corazón y Nombre Santísimo, todo el
infierno estremece y escapa de pavor. Haz, glorioso san José, que este virus
mortal sea aplastado debajo de vuestros pies santos, castos y virginales, en
cuento nosotros exclamamos con gran fe y confianza en vosotros:
¡Corazón Castísimo de San José, sé el guardián de nuestra
familia!
Amén.
¡Rezad esta oración, muchas veces ahora con fe y arrepentidos
de vuestros pecados y mucho más en el día de mañana, en la Fiesta de San José!