La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

sábado, 7 de marzo de 2020

Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz del 7 de marzo


7 de marzo de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil
Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz

¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, os llamo a Dios. Escuchad mi llamado maternal que os hago. Escuchad mi llamado a la conversión.
Yo ya os lo dije y os lo digo nuevamente: Los tiempos son malos: Los hombres se alejaron del Señor, el Dios del cielo y de la tierra y caminan para el abismo de su perdición y destrucción eterna.
Rezad por la conversión de la humanidad atacada por Satanás, que quedó ciega, sorda y muda para el Señor, mas ve, escucha y habla sobre las obras de Satanás, favoreciéndolas y divulgándolas para ruina y perdición de muchas almas.
Hijos míos, estamos entablando una gran batalla, yo y todos vosotros que me escucháis y acogéis mis mensajes en vuestros corazones, una terrible batalla contra Satanás y los demonios del infierno. Son muchos vuestros agentes y seguidores en este mundo. Muchos de mis hijos, rebeldes e ingratos, se dejaron corromper por sus seducciones queriendo ser como Dios, así como Adán y Eva se dejaron vencer por la serpiente infernal, cayendo en el pecado, desobedeciendo las órdenes del Señor, dejando de lado su Divina Voluntad para que ella no fuera más realizada en sus vidas, porque ellos desearon con su voluntad humana vivir lejos de Dios, seducidos por el enemigo eterno de las almas.
Luchad, hijos queridos, contra toda soberbia y orgullo para con Dios. No os dejéis vencer por el enemigo. Vencedlo con la oración, con la Eucaristía, con la palabra de Dios y la verdad. Satanás quiere destruir vuestras vidas y vuestras familias, él quiere quitaros vuestra libertad de hijos e hijas de Dios. Llegará el día en que vosotros tendréis que decidir si queréis tener un celular o ser personas libres, si queréis tener una televisión o un ordenador en vuestras casas o la paz de vuestras familias; si vosotros queréis tener salud y vida falsa, viviendo como personas esclavizadas por los malvados o ser aquellos que cargan su cruz, siguiendo los pasos dolorosos de mi Hijo, mas que os conduce a la vida eterna. ¿Qué camino y vida escogeréis, hijos míos? Escoged, pues, la vida eterna, la vida eterna y mi Hijo y viviendo unidos a mi Hijo tendréis todo y lo necesario para vosotros y vuestras familias. Sin mi Hijo vosotros no tendréis nada, no tendréis la vida verdadera, mas seréis esclavizados a causa de vuestros pecados, de vuestras concupiscencias y deseos mundanos, queriendo ir en busca de lo que es falso, de aquello que no os da la verdadera felicidad ni la vida.
Rezad, rezad, rezad mucho, para tener la fuerza de renunciar al pecado y al mundo, para que tengáis la vida plena y en abundancia.
Cada acto de amor para con vuestro prójimo nunca será olvidado por mi Hijos Jesús. Cuanto más vosotros viváis en el amor de mi Hijo, más tendréis luz y gracia para servir y amar a vuestros hermanos en su Nombre Santo y Poderoso.
Cuidad de vuestras familias. Rezad unidos con vuestros familiares. No perdáis la oportunidad que Dios os da para vivir el amor y la santidad unidos a Él.
Las familias son preciosas para Dios. Bienaventurados son todos aquellos que luchan por el bien y por la preservación de las familias, por sus valores morales y espirituales, pero ay de aquellos que actúan para que las familias sean destruidas. Éstos que no se arrepienten serán alcanzados por el brazo fuerte del Señor, que los eliminará de la faz de la tierra en el día del castigo y no quedará ningún rastro, porque no quisieron convertirse ni arrepentirse de sus crímenes y pecados.
Hijos míos, luchad con la oración y venceréis las batallas más difíciles que surgirán cada vez más, mas acordaos: al final,, mi Inmaculado Corazón triunfará. Volved a vuestras casas con la paz de Dios. A todos os bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Rezad la oración que os enseño ahora:

Señor, Padre Todopoderoso, que la sangre preciosa de tu Divino Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, me bañe y me purifique, en este momento, de todo pecado, que Él sea para mí y para mis seres queridos señal poderosa de salvación y protección divina, así como para todos aquellos por los cuales clamo vuestra gracia, que todo cura, todo libera y todo renueva. Que la sangre preciosa de Jesús destruya todo mal sobre la faz de la tierra, para el bien y la salvación de vuestros hijos e hijas, esclavos y presas fáciles de Satanás.
Señor, que el enemigo de nuestra salvación eterna y sus agentes no tengan poder sobre nosotros, que no nos vean, no nos escuchen, que estén en silencio y no consigan actuar contra nosotros ni contra ninguno de vuestros hijos e hijas por los cuales intercedemos y colocamos a los pies de la Cruz salvadora de Jesús, vuestro dilectísimo y amado Hijo.
En vuestra Divina Voluntad buscamos refugio y debajo de ella nos colocamos, para que quedemos ocultos para Satanás, para todos los demonios del infierno y sus agentes malignos, y desaparezcamos delante de ellos, así como vuestro Divino Hijo se ocultó y pasó por medio de aquellos que le querían hacer el mal, cuando realizaba vuestra Divina Voluntad en la tierra.
Que vuestro brazo poderoso, esté extendido sobre nuestras vidas y sobre nuestras familias, como señal de bendición y protección, pues Tú, Señor, eres nuestra roca de defensa, nuestro refugio seguro, nuestra salvación. Amén.