La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

sábado, 14 de marzo de 2020

Oración enseñada por la Reina del Rosario y de la Paz


12 de marzo de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil
Oración enseñada por la Reina del Rosario y de la Paz
“Y el Dios de paz aplastará pronto a Satanás bajo de vuestros pies” Rom 16,20

Reina del Rosario y de la Paz, Madre de Dios y Reina de las Victorias, pisa en la cabeza de la serpiente infernal con fuerza, aplasta la soberbia de satanás que quiso atacar a la Santa Iglesia en China y ahora en muchas partes del mundo, afligiendo e hiriendo a tus hijos e hijas con la enfermedad, el dolor y la muerte, retirando el Sacrificio Eucarístico, la verdadera vida, cura y liberación de todos ellos.
Que el Dios de la paz nos conceda la gracia también de aplastar a satanás bajo nuestros pies, pues somos tus hijos e hijas que acogen, viven y escuchan tus santos mensajes maternales de conversión y de santidad. Que San Miguel Arcángel precipite en el fuego del infierno a satanás y a todos los demonios que causan enfermedades del coronavirus y otras pestes espirituales y corporales por medio de sus agentes, el comunismo ateo y sus segmentos satánicos, por la soberbia, desobediencia e ingratitud de muchas personas a la Majestad Divina, fruto de una vida sin Dios y del pecado, veneno mortífero que destruye a las almas y que nos hace merecer el fuego del infierno.
Madre Santísima e Inmaculada, ruega por nosotros y obtennos del Señor el perdón de nuestros pecados, el dolor verdadero y la contrición perfecta por haberlo ofendido y ultrajado, así como la victoria sobre todos los males espirituales y corporales y nunca dejaremos de invocaros y de pedir vuestra protección, oh Reina del Rosario y de la Paz, oh Reina de todas las victorias. Amén.