La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

lunes, 6 de abril de 2020

Mensaje de Jesús del 3 de abril



3 de abril de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil
Mensaje de Jesús

¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, si la humanidad rasga su corazón delante de Mí y se convirtiese, tendré piedad de ella y me dejaré conmover por sus dolores y aflicciones. Yo deseo el arrepentimiento y la salvación de los pecadores. Que ellos pidan perdón de sus pecados, corrigiéndose de su mal camino, y yo, una vez más, me dejaré conmover y los bendeciré. Así como yo abro mi Sagrado Corazón para los pecadores arrepentidos, como un asilo seguro de bendiciones y de gracias, que ellos, humildemente y contritos de sus errores, me abran sus corazones, aceptando mi amor en sus vidas, porque yo, el Dios del cielo y de la tierra no soy amado ni respetado, fui tratado como la peor de las personas del mundo, pisoteado y blasfemado, considerado objeto de escarnio y ridiculizado delante de muchos. Mi amor salva, mi amor os santifica, mi amor cura las heridas y las enfermedades de vuestros cuerpos y de vuestras almas. Creed en mi amor y la salvación reinará en vuestras vidas y entrará en vuestras familias.

El Señor nos dio esta lectura:

“«Mas ahora todavía - oráculo de Yahveh - volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos.» Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahveh vuestro Dios, porque él es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia. ¡Quién sabe si volverá y se ablandará, y dejará tras sí una bendición, oblación y libación a Yahveh vuestro Dios! ¡Tocad el cuerno en Sión, promulgad un ayuno, llamad a concejo, congregad al pueblo, convocad la asamblea, reunid a los ancianos, congregad a los pequeños y a los niños de pecho! Deje el recién casado su alcoba y la recién casada su tálamo. Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros de Yahveh, y digan: «¡Perdona, Yahveh, a tu pueblo, y no entregues tu heredad al oprobio a la irrisión de las naciones! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: ¿Dónde está su Dios?»” (Joel 2, 12-17)