19 de abril de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil
Mensaje de Jesús. Día de la Misericordia
¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, Yo soy la Misericordia Divina, mas Yo Soy
también la Justicia que os corrige amando. Mi Madre Santísima es la Dulzura
Eterna que os ama consolando y mi Padre Virginal José es el Fiel Guardián de
vuestras familias que os ama auxiliando.
Tres Santísimos Corazones vivos, gloriosos y resucitados.
Tres tono de gracias, de amor, de bendiciones y de virtudes para la humanidad.
Tres Santísimos Corazones que honraron, amaron, glorificaron y realizaron la
Divina Voluntad del Padre Eterno en este mundo y que ahora resplandecen en
gloria a su lado en el cielo, siendo el éxtasis y la delicia de todos los Ángeles
y Santos del Paraíso.
Hijo mío, realiza todas tus acciones y obras unido a la
Divina Voluntad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y, así, tu vida y tu
alma resplandecerán y se transfigurarán por su luz y su gracia divina que te ha
de envolver por completo y, por medio de ti, irradiarán amor y bendición a las
almas que se encuentran apresadas en el pecado, abatidas, sin fe y sin vida.
Irradia la llama divina de mi Sagrado Corazón a las
almas. Caliéntalas con mi amor, para que sean curadas y reavivadas en la fe y
en la esperanza en Dios.
Resucita a las almas para el reino del cielo, permitiendo
que Yo te use como mi instrumento para la gloria del Padre Eterno, con la
gracia del Espíritu Santo.
Dios habla al mundo, porque no es más amado, mas es despreciado
e ignorado por muchos hombres y mujeres ingratos.
Consuela mi Corazón con tu amor y con tu dedicación a
esta obra tan santa, que salva las almas. Sé testimonio fiel de mis palabras divinas,
dichas con tan grande amor por el bien y salvación de la humanidad. Éstas
palabras convierten y abren los corazones más endurecidos, ellas abren los ojos
y los oídos de muchos, por eso, muchos ataque y persecuciones contra ti, por
parte de aquellos que no hacen mi voluntad, mas están contaminados pro las
obras de las tinieblas de Satanás, corrompidos en el pecado, a causa de sus
trampas y seducciones malignas.
Yo Soy está contigo y no te abandona nunca. Yo Soy te ama
y te bendice. ¡Quédate con mi paz, mi paz que Yo te doy!