La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

domingo, 26 de abril de 2020

Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz del 25 de abril


25 de abril de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil
Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz

¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, vengo del cielo para concederos mi bendición maternal y mi amor inmaculado para que vuestras vidas sean transformadas por el deseo de ser de Dios y de vivir en su Divina Voluntad, para la gloria de su Santo Nombre y de su reino de amor.
Dios desea santificar vuestras familias. Que este tiempo sea dedicado a la oración, al amor y al perdón dentro de vuestros hogares, para que descubráis, el amor y la presencia de Dios, en profundidad, en vuestras vidas.
No os alejéis de la oración y no permitáis que los rumores del mundo hablen más alto en vuestros corazones que ella, que el silencio y la meditación.
Leed las palabras de mi Hijo, meditadlas, para que ellas produzcan frutos de conversión en vuestras vidas, para que ellas os liberen de todo apego exagerado con el mundo de una vez por todas y os hagan ser hombres y mujeres espirituales mas que carnales. Sed hombres y mujeres de fe. Sed hijos e hijas fieles al Señor, en cualquier prueba, en vuestras vidas. Agradeced siempre al Señor todas las pruebas que Él os envía, como reparación por vuestros pecados y por los pecados del mundo.
Todo lo que vosotros aceptéis y soportéis en vuestras vidas, por amor de mi Hijo, será transformado por medio de Él, en gracias y bendiciones para la conversión y salvación de los pecadores.
El mundo peca y no quiere saber de Dio. Muchos, dentro de sus casas, todavía dicen que no tienen tiempo para Dios ni para la oración. Acordaos, hijo míos, corazones endurecidos y cerrados al amor de Dios no entrarán en el reino de los cielos.
Convertíos y comprended este tiempo de gracia, donde Dios os habla por medio de los acontecimientos actuales, para mostraros que es hora de decidirse por el reino de los cielo y por la santidad, antes de que el tiempo de la conversión acabe de una vez por todas para muchos. Volved, volved, volved a Dios.
Yo os bendigo: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!