La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

miércoles, 5 de agosto de 2020

Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz

5 de agosto de 2020 – Manaos, Amazonas, Brasil

Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz

 

Nuestra Santa Madre vino una vez más del cielo, para transmitirnos su llamado a todos sus hijos del mundo entero.

 

¡La paz amados hijos míos, la paz!

Hijos míos, yo vuestra Madre, os pido: escuchad mis llamados a la oración. El mundo está herido por el odio y por la violencia y se dejó corromper por Satanás, a causa del dinero, del poder, de la ambición y del egoísmo.

Volved al Señor con el corazón arrepentido de todos vuestros pecados. Renunciad al mal y a los engaños de este mundo, para poder merecer el amor y el perdón de mi Hijo Divino. Decidíos por Dios para que su paz y su amor llene vuestros corazones y os cure de las muchas heridas causadas en vuestras almas, debido a vuestros pecados y a vuestra desobediencia a sus Leyes Divinas.

Hijos míos, el demonio está preparando grandes conflictos, no solamente en una determinada región de la tierra, mas mundialmente, envolviendo a muchos países. Rezad por la paz, rezad por la conversión de los pecadores.

El mundo está a las puertas de grandes conflictos y de grandes sufrimientos como nunca sucedió antes. Ellos construirán armas terribles que pueden eliminar a muchos de mis hijos en pocos segundos. Los orgullosos y poderosos os están queriendo eliminar a vosotros y a vuestras familias. Luchad contra todo mal rezando mi Rosario, consagrándoos diariamente a nuestros tres Sagrados Corazones y ayunando, y yo mi Esposo José pediremos por todos vosotros, ante el trono de mi Hijo Jesús.

Convertíos, convertíos, convertíos, porque los tiempos de los grandes dolores están aconteciendo ante vuestros ojos y muchos continúan incrédulos y con el corazón endurecido ante Dios, porque hacen más la voluntad de Satanás de que la voluntad del Señor y no forman parte de las ovejas de mi Hijo Jesús, porque se corrompieron por los errores y los engaños del mundo. No os dejéis engañar ni corromper. Sed de Dios, luchad y defended la verdad y mi Hijo estará siempre con vosotros, os ayudará y os bendecirá.

A todos os bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!