21 de agosto de
2020 – Manaos, Amazonas, Brasil.
Mensaje de la Reina del Rosario y de la Paz
¡La paz a tu corazón!
Hijo mío, nunca como hasta ahora mi Hijo Divino está
siendo tan ultrajado y ofendido en el Sacramento de la Eucaristía. Mi Hijo es
el Cordero de Dios, Aquél que quita el pecado del mundo. Quién a Él no se
aproxime y no lo reciba con fe, con amor y con espíritu de arrepentimiento y de
reparación, no tendrá la Vida Eterna.
Sed fieles a sus enseñanzas tan santas, al depósito de la
fe, manifestados desde hace mucho tiempo por la predicación de los Apóstoles,
por medio de la acción del Espíritu Santo. No existe otra verdad, no existe
otra fe, no existe otro Dios, no existen varias Iglesias, mas sólo una que
lleva a la Salvación, y ésta es la Iglesia Católica.
Que mis palabras de Madre sean acogidas por cada uno de mis
hijos y queden bien dentro del corazón de todos ellos.
Reza, reza, hijo mío, pues el tiempo para los grandes
acontecimientos se está aproximando más que nunca y muchos no están preparados,
por esos yo lloro y sufro, a causa de todos los hijos míos que no me quisieron
oír.
Yo te bendigo a ti y a toda la humanidad: en nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!