La primera aparición de la Virgen María, a Maria do Carmo, tuvo lugar el día 2 de mayo de 1994. A Edson Glauber, su hijo, el día 31 de mayo de 1994, mientras él y su madre, rezaban el rosario en casa. Desde entonces la Virgen, San José y Jesús continúan transmitiendo mensajes y oraciones para difundir la devoción en todo el mundo a sus tres Sagrados Corazones.

Los mensajes originales están expuestos en portugués en:

As aparições da Virgem Maria no Amazonas

domingo, 4 de noviembre de 2018

1 de noviembre


   
         1 de noviembre de 2018 – Amazonas


Mensaje de María

La Santísima Madre vino una vez más del cielo para comunicarnos su santo mensaje:

¡La paz amados hijos míos, la paz!

Hijos míos, yo vuestra Madre, vengo del cielo para pediros oración, reparación y amor, para consolar el Corazón de mi Hijo Divino que se encuentra muy ofendido.
Acordaos, hijos míos: cuando vosotros reparáis los pecados del mundo obtenéis la gracia de Dios para que sean puestos en orden y en armonía todas las cosas destruidas por el pecado, principalmente los corazones y las almas de los pecadores ingratos, ayudándolos a arrepentirse y a convertirse. Cuando uno de vosotros intercede por la conversión del mundo como yo os pedí, grandes gracias y bendiciones descienden del cielo sobre la humanidad que no desea saber de Dios, permitiéndole que se decida a seguir su camino. Luchad por la salvación de las almas, luchad por el reino de los cielos.
Satanás consiguió alejar a muchas almas del camino santo de Dios con el pecado. Ayudad a vuestros hermanos a liberarse del mundo y de la vida de pecado, rezando, sacrificándose y haciendo penitencia por la conversión de los pecadores.
Tiempos difíciles están asolando la Iglesia, el mundo y las almas. Rezad muchos rosarios para obtener del Corazón de Jesús la fuerza y la gracia de resistir a estos tiempos malos y de tinieblas, que hacen con que muchos pierdan la fe y se distancien de Dios.
Yo estoy aquí para bendeciros y  para ayudaros. No os aflijáis, no perdáis la fe, no os desaniméis. Al final, la victoria será de Dios y todos los que estén unidos a Él vencerán también. Yo os amo y a todos os bendigo: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!